viernes, 25 de mayo de 2018

Biberón y teta

Acabas de tener un bebé y estás dando biberón y teta.

¿Estás haciéndolo así porque quieres?

¿O te has visto obligada a darle biberón porque veías que no tenía suficiente con la teta?

Si es así porque quieres, no digo nada.





Pero si no era tu deseo dar biberón y teta a la vez te invito a que revises un par de puntos. 

Lo primero a revisar sería la postura, ¿cómo le das? ¿Cómo pone la boca? ¿La abre poco? ¿Estás cómoda? ¿Tienes dolor? ¿Grietas? ¿Pinchazos? ¿Sale el pezón aplastado, blanco?

Y tu pecho, ¿cómo es? ¿los pezones son planos o les cuesta salir? ¿alguna operación o golpe en la zona?

¿Eres diabética? ¿Obesa? ¿Has tenido problema de tiroides?

¿Cómo es la boquita del bebé? ¿Tiene callo en los labios? ¿Acaso en el de arriba? ¿Alguien le ha valorado la lengua? ¿La succión? ¿Está cogiendo peso?

¿Cómo ha ido el embarazo? ¿Es una FIV? ¿Inseminación artificial? ¿Ovodonación?

¿Y el parto cómo fue?

¿Tienes ayuda o apoyo de tu pareja o familia? 



Si quieres seguir adelante con la lactancia has de saber que todo tiene remedio. Y cuanto antes se aborden los problemas, antes se llega a la solución. Si tu deseo es mantener la lactancia o conseguir la lactancia exclusiva, no dudes en consultar con un profesional. Si no puede ser presencial, también las consultas virtuales pueden ser mu eficaces.






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martes, 8 de mayo de 2018

Llantos nocturnos



Un bebé que está solo o se siente solo, llora. Como no sabe hablar se hace oír llorando, para pedir lo que necesita. Que puede ser comida, teta, mimos, que le cambies de postura si es muy pequeño, un cambio de pañal, o simplemente pide estar acompañado de su mamá o de una persona a la que conoce, que puede ser un adulto de referencia distinto a la madre/padre, o puede ser otro niño, un hermano por ejemplo, u otro familiar.

Un niño acompañado, no llora. Un niño abrazado, no llora. O llora muy poco. A no ser que esté enfermo o le ocurra algo. Y si llora y está acompañado, al menos estará recibiendo consuelo y sintiéndose atendido y querido.

Los bebés que sienten sus necesidades cubiertas no suelen llorar, o lloran muy poco.

¿Qué pasa entonces por las noches?

Los niños pequeños, los bebés, que duermen solos se sienten eso, precisamente, muy solos. Y si tienen un despertar y no ven a nadie cerca, suelen asustarse y reclamar la compañía. La noche puede dar mucho miedo, incluso a los mayores la oscuridad nos puede inquietar y nosotros tenemos recursos para gestionarlo, pero los bebés no…

Si practicamos colecho -dormir juntos de toda la vida, vamos- con nuestro bebé, te aseguro que no llorará, a no ser que esté enfermo. O tal vez sí llore, pero no será mucho. Y si lo hace a tu lado mejor. Así, durmiendo juntos, es más fácil darle el pecho de noche. Y todos descansamos.

Un bebé acompañado, abrazado, no llora.

He cambiado de vivienda recientemente y me toca oír llantos nocturnos de bebé. ¡Madre mía, qué mal me siento por ese bebé! Y porque nos despierta a todos también dado lo mal construidos y aislados que están hoy en día muchos pisos… Si pudiera iría a abrazarlo y consolarlo. Y descansaríamos todos, el pobre bebé, sus padres, y todo el vecindario. Llantos muy largos. 

Desconozco si llora porque además está "estivilizado"* aunque así se deduce después de tantos minutos de llanto. ¡Qué triste! ¿Por qué hay gente que aún puede creer en esos métodos de adiestramiento del sueño? ¿Cómo no ven que en brazos nunca se llora, o se llora mucho menos,  y se descansa mucho mejor? Quizá no lo esté, quizá realmente no le están aplicando el método, pero llora mucho, y en otra habitación.

El proceso del sueño lleva un ritmo y todos los bebés acabarán durmiendo bien y del tirón, pero cuando llegue su momento. Igual que no les forzamos a hablar antes de tiempo, o a andar, no les forcemos a dormir.



En brazos no lloro.



*El llamado método estivil se llama así por el autor que lo ha hecho famoso en España, quien se limitó a copiar el método ya existente, cambiando algunos tiempos, partiendo de la publicación "Cry it Out" de Benjamin Spock en 1946. En España además se publicaron los métodos de Valman en 1981, de Ferber en 1985 y el de Estivill en 1995, quien como decimos lo copió adjudicándose su creación. La expresión "estivilizado" de hecho en EEUU le dicen "estar ferberizado".

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sábado, 5 de mayo de 2018

LA IMPORTANCIA DE LA RÁPIDA INTERVENCIÓN


Cuando la lactancia no va

En el trabajo diario que desempeño ayudando a madres recientes puedo constatar lo importante de intervenir lo antes posible. ¿Por qué lo digo? Porque me llegan muchas mamás con bebés de 2 o 3 meses, de más también, con problemas en la lactancia. Con grietas o dolores y muchas con bebés que cogen poco peso y que ya están con lactancia artificial desde hace tiempo, dando más biberones de los que les gustaría. Algunas mujeres que me dicen que ya la teta es casi anecdótica.

Vienen tristes porque ven que la lactancia no va o no es lo que pensaban, porque duele, o porque no les resulta cómoda o práctica, o porque sencillamente no está funcionando como todo el mundo dice que tiene que funcionar.
Mi bebé coge poco peso

A veces es muy fácil de solucionar porque sólo hay que recolocar un poco o desmitificar y romper falsas creencias. Pero la mayoría de las veces son casos en los que una pronta intervención habría ahorrado muchas horas de dolor y muchos esfuerzos. Y entonces es cuando me duele a mí. ¡Qué rabia da saber que si alguien le hubiera visto la boca a ese bebé nada más nacer ahora no estaría con artificial! O si alguien hubiera supervisado la toma y ayudado a ese bebé a prenderse bien al pecho, no estaría ahora diciendo que no ha cogido peso.

Una mala colocación desde el principio, simplemente por mal agarre o por un problema de succión tipo frenillo, hacen que el bebé no coja peso mientras la mamá tiene dolores o grietas o mastitis, y convierten la lactancia en algo doloroso y poco eficaz. Entonces la estimulación del pecho no es la adecuada y en consecuencia desciende la producción, y se entra en ese círculo vicioso del que cuesta mucho salir.

Un problema de la mamá mal tratado, como una tiroides descontrolada, una hipoplasia  no tenida en cuenta, u otros problemas, pueden hacer que la producción no sea la adecuada y entonces la madre se ve abocada a meter biberones de ayuda, y de nuevo al disminuir la estimulación disminuye la ya de por sí pobre producción.

Leche artificial
En esas circunstancias es muy fácil desistir y tirar la toalla, y muy fácil caer en la tentación de dar biberones, cada vez en más cantidad, cada vez de más cantidad. Y en pocos días o semanas la lactancia desaparece del todo.

Y eso es lo malo, que en la mayoría de los casos tiene solución. Y la solución es más sencilla cuanto antes se interviene.

Ese es mi dolor. Ver mamás que vienen después de haber sufrido muchísimo durante días, semanas o incluso meses. ¿Por qué las mujeres tenemos esa capacidad de sufrimiento?

La buena noticia es que todo se arregla. Siempre les digo eso a mis mamás. Todo tiene solución. Puede ser más sencilla o más complicada, llevar más o menos tiempo, pero la tiene. Incluso aunque no se consiga una lactancia exclusiva, siempre será mejor una buena lactancia mixta que una artificial completa. Todo tiene arreglo.

Pero esa solución requiere un esfuerzo por parte de las madres que a veces ya no pueden hacer porque apenas les quedan fuerzas. Cuando eso ocurre yo muero un poco por dentro de la pena que me da pensar que si se hubiera intervenido antes no habríamos llegado a ese punto. Pero entiendo perfectamente el esfuerzo titánico de la mujer que lleva 2, 3 meses lidiando con problemas y dolores, y comentarios también, que le hacen daño. ¡¡¿Cómo no voy a entenderlo si además yo pasé por ello?!!

Y ahí entra la parte más de consejería, más ya que la propia especialista en lactancia, es la mujer empática que escucha y comprende y sabe encontrar palabras adecuadas para facilitar a la mamá la recuperación de su bienestar…  Cuando eso funciona, ¡olé! Pero cuando no funciona da rabia pensar que acudiendo antes lo podía haber conseguido porque quizá, tal vez, aún le quedarían fuerzas…

Aunque como ya he comentado en alguna ocasión, también hay casos que lo que buscan es la excusa para dejarlo, una justificación que no les haga sentir culpables por no haber hecho el esfuerzo.

Reitero la importancia de la información en el embrazo. Información de cómo debe ser una lactancia normal, qué es normal y qué no, qué esperar, y qué hacer y dónde acudir cuando no está funcionando. Pero desde el mismo momento del nacimiento. Me desplazo al hospital y atiendo postpartos. Y si no, nada más que tienes el alta. No hay por qué sufrir, no es obligatorio pasar por dolores, ni grietas, ni sangrar del pezón… A la mínima, acude al especialista, es de lógica.

Y tampoco es normal que si el pediatra ve que el bebé no coge peso, o incluso pierde, deje pasar el tiempo sin intervenir. O que te manden ir a pesarle un día sí y otro también si mientras no te están dando la solución a esa escasa ganancia. Por más que le peses,
si no se arregla lo que hace que no coja peso, de nada servirá.

Infórmate antes. Pero sobre todo, busca ayuda.

Para consultas virtuales puedes escribirme.