Mi bebé rechaza el pecho

A veces el bebé rechaza el pecho cuando está despierto, pero sin embargo de noche o adormilado sí se agarra. Suele suceder en torno al segundo-tercer mes, en lo que llamamos la crisis de los 3 meses (que no siempre es a los 3 meses exactos).

Cuando esto ocurre las mamás podemos perder la paciencia y caer en la tentación de ofrecer un biberón. Porque muchas veces tenemos una gran falta de confianza en nosotras mismas y en nuestra leche, en nuestro poder de producir leche. Recuerda que somos mamíferas. Tener leche cuando tenemos un hijo, es lo normal, nuestro cuerpo está hecho así.

Ese "biberón de ayuda", que NO LO ES, es un "biberón de estorbo" y hace mucho daño. Y aquí ya no sabemos si ha sido causa o consecuencia. Entramos en un círculo vicioso tremendo del que es muy difícil salir. (Pero ojo, no imposible!!)

El bebé a esa edad ya mama bien y obtiene lo que necesita en mucho menos tiempo y a veces en muchas menos tomas. Algunos maman de noche y luego por el día no quieren saber nada porque hay demasiado mundo que descubrir. Si aparece el "biberón estorbo", la liamos. El bebé se acostumbra a que la leche salga sola, sin esfuerzo, a veces según qué biberones demasiado rápidamente y en mucha cantidad, y claro, luego en la teta hay que hacer un esfuerzo y ya no quieren. Salvo cuando están dormidos o adormilados, que al perder la conciencia se les olvida que hay más mundo y estímulos y suelen coger la teta sin problemas.

Si doy un biberón, esa cantidad de leche dejo de producirla para la siguiente vez, y entonces la siguiente toma me veré abocada a dar otro biberón, y así es muy fácil perder la producción, y por lo tanto la lactancia, en muy poquitos días.

Lo bueno es que esta situación también se puede revertir, pero también necesitamos de unos pocos días, no ocurre de la noche a la mañana. Tenemos que tener paciencia.

Dile a una mamá agobiada que tenga paciencia, que ve que su hijo no se agarra más que de noche y que ve que cada día hay que ofrecer más biberón… Dile a una mamá con depresión post-parto, o a una mama sin una tribu que la apoye, que tenga paciencia… y que además está pensando que le quedan pocas semanas para reincorporarse al trabajo remunerado… No funciona, ¿verdad?

Si el rechazo es sólo diurno, entonces no te preocupes, aunque es fácil decirlo. Si hace tomas nocturnas o en siestas, aprovecha esas tomas. A lo mejor está sacando todo lo que tiene que sacar y durante el día pasa de tomar más porque el mundo es más interesante.

Si sigue haciendo deposiciones normales, acordes con la edad, está activo, y sigue cogiendo peso, todo está bien.

¿Qué hacer? Paciencia, paciencia, paciencia. Practicar mucho piel con piel, y colecho por supuesto. Y cuanto más tranquila estés antes volverá la calma, porque el estrés y la oxitocina no se llevan muy bien que digamos.

Si durante el día te angustia que no coma, no ofrezcas biberón, porque entonces NO romperemos el círculo vicioso. Si de verdad quieres darle algo de tu leche extraída, mejor con vasito o con jeringa, u otro método que no sea tetina.

Y practica la virtud de la paciencia, que con bebés siempre funciona: esperar con calma que las cosas sucedan ya que no dependen estrictamente de una, hay que darles tiempo.



Si por el contrario el rechazo es siempre, día y noche, eso suele ocurrir bien por enfermedad, o porque el bebé está tomando otra cosa: biberones o alimentación complementaria. Porque ningún bebé se desteta solo de la noche a la mañana si no ha habido otro tipo de alimentos.

A esto lo llamamos huelga de lactancia o bache de lactancia. Puede ser debido sobre todo a:

  • Dolor bucal por afta, llaga, infección, cándida o muguet, dentición…
  • Reacción del bebé a algún grito o dolor de la madre porque le ha mordido y esta ha gritado por ejemplo.
  • Otitis media que le produzca dolor al succionar.
  • Infección de garganta.
  • Dificultad para respirar por un resfriado.
  • Demasiados biberones.
  • O demasiada chupeta.
  • Por dejarle llorar de forma repetida y por tiempo prolongado, cuando el niño lo que desea es atención y mamar. Esto puede desencadenar una reacción paradójica de rechazo, que de persistir, puede afectar seriamente su relación afectiva con la madre y el futuro de su lactancia.
  • Algún cambio importante en la vida del bebé como un cambio de domicilio, un cambio de horarios o de trabajo del adulto, una separación prolongada, un viaje…
  • Un cambio en cremas, perfumes, desodorantes, alguna ropa nueva de la madre…
  • Intolerancias o alergias a algo que toma la madre.
  • Algunos bebés rechazan el pecho si su madre se vuelve a quedar embarazada. No sería la primera vez que he sido yo quien le ha dicho a la mamá que estaba embarazada.

 
A veces sólo es una llaguita que duele y se soluciona muy fácil.
Entonces lo que hay que hacer es intentar buscar la causa, para solucionarlo más fácilmente.

Cualquier rechazo, sea diurno o total, es súper frustrante para la madre, entendiéndolo como un rechazo personal.  No suele durar mucho, a veces una semana, pero en alguna ocasión un poco más.

¿Qué hacer? Romper el círculo. Hacer extracciones para mantener la producción y evitar problemas en el pecho, y dárselo sin usar tetinas de ningún tipo. (Vaso, cuchara, jeringa…) Mucho piel con piel, pero de verdad, sin ropa, en contacto total. Y paciencia, mucha paciencia.

Y no quiero terminar sin hablar del apoyo. Es fundamental que la madre se sienta comprendida y apoyada. Por la pareja, la familia, su médico y su pediatra, el personal de salud… Y por una tribu. Por eso los grupos de apoyo son tan importantes.

Y además, siempre recomiendo una Consulta Prenatal sobre lactancia, para saber qué es normal y qué no, qué puede ocurrir en el periodo de lactancia y cómo afrontarlo, evitando así por ejemplo la facilidad con la que nos ofrecen biberones y leche artificial a cualquier pareja madre-bebé.

Quiero recalcar la importancia de la consulta prenatal, puesto que me llegan a la consulta muchísimas madres que me dicen que nadie les había contado que esto podía pasar, que no se han sentido bien informadas por los profesionales que las han atendidos en las clases de preparación al parto por ejemplo. Quizá a ti te llegue tarde la información, pero seguro que se lo puedes transmitir a tu hermana, amiga, conocida... La información es poder.

Puedes dejar un comentario aquí abajo, una reseña en este enlace y seguirme en instagram




¿Qué es el porteo ergonómico?



Portear es llevar al bebé encima, en brazos.

Según la RAE portear es conducir o llevar algo de una parte a otra por un porte o precio convenido. Realmente es una traducción aproximada de la palabra inglesa Babywearing (practice of wearing or carrying a baby in a sing or in another form of carrier). Es decir, llevar al bebé –de un sitio a  otro, o no– con una tela o de algún modo en que esté pegado a quien lo lleva, como estar en brazos, abrazado. Con la ventaja de que el porteador puede tener las manos libres.

Así pues el porteo es un sistema de transporte para llevar al bebé o al niño asegurando un contacto continuo con quien lo lleva, que suele ser el adulto (padre o madre, tío o tía, abuelo abuela…) pero también un hermano mayor. Y es importante que sea ergonómico. Lo es si respeta la postura natural del bebé según su edad y fase de desarrollo, repartiendo uniformemente el peso del bebé sobre el cuerpo del porteador, manteniendo una postura correcta y adecuada tanto el bebé transportado como el adulto.


Si se empieza a portear desde recién nacido, es mucho más fácil adaptase porque el peso del bebé va aumentando pero va aumentando paulatinamente la resistencia y fuerza de la espalda del adulto. Empezar cuando el niño ya es más mayor, también es posible, pero habrá que ir haciéndolo en períodos más breves de tiempo y aumentando hasta que vayamos aguantando más tiempo.

Teniendo en cuenta que los portabebés económicos (ojo, no todos los son) el peso se reparte bien normalmente entre cadera y hombros del porteador, y se aguanta muy bien el peso al quedar repartido.

Para el adulto es mucho más cómodo que cargar en brazos. Si cogemos al bebé a la cadera, desplazamos la columna hacia la cadera contraria para contrarrestar. Si lo cogemos en brazos delante, nos desviamos hacia atrás forzando la región lumbar. Pero si usamos un sistema ergonómico adecuado, no movemos nuestro centro de gravedad y por eso es también bueno para la espalda de quién lo lleva.

En cuanto al bebé, cuál es la posición correcta.

Los recién nacidos nacen con una postura de C en su espalda, con una sola curva, encogiditos. Según van cogiendo peso y madurando, se van estirando. Sobre los tres o cuatro meses aparece la curvatura del cuello que le permite sostener la cabeza. Alrededor del año empiezan a ponerse de pie y caminar apareciendo la curva baja de la espalda. Pues bien, el portabebé debe poder adaptarse a esos cambios. Por eso no ha de ser rígido y se tiene que adaptar a la posición natural del bebé en cada momento. 

La cabecita del bebé también tiene que estar bien sujeta, sobre todo en los menores de 3 meses cuando aún no la sujetan por sí mismos. Y cuando ya sujetan la cabeza si el bebé se duerme en el portabebé, algo que hacen con facilidad dado lo placentero que es ir así, es necesario que el portabebé asegure la cabeza.
Además, el portear ayuda a evitar la plagiocefalia. A veces pasan demasiadas horas tumbados en cunas o / y cochecitos y si siempre es del mismo lado puede aparecer plagiocefalia.

Por otro parte la cadera del bebé debe ir bien colocada. ¿Cómo es esto? Pues el fémur bien encajado en el acetábulo de la cadera,  Para ello la posición ranita es la adecuada: las rodillas quedan más altas que el culete, las piernas abiertas, la corva (parte de atrás de la rodilla) sujeta con el portabebé. Esta posición ayuda también a evitar la displasia de cadera. En forma de M.

Para que el portabebé sea ergonómico ha de ajustarse punto por punto al cuerpo del bebé, no tiene que haber partes rígidas. El portabebé se adapta a la posición natural del niño y no al revés.

Premisas básicas
Debemos tener contacto visual permanente, siempre ver la carita del bebé. Que la cabeza esté “a la altura de tus besos”, ni muy arriba ni muy abajo. Con las vías respiratorias libres sin que nada cubra su rostro, con ropa cómoda evitando piezas con pie para que no tiren demasiado.

Nunca el bebé debe ir mirando hacia delante. Siempre cuerpo con cuerpo. Puede ir a la cadera, a la espalda o al frente, pero siempre la tripita del bebé en contacto con el cuerpo del adulto. Cuando ves un adulto porteando a su bebé mirando hacia adelante, sabes que la postura es incorrecta y que la espalda del bebé está forzada, y que el adulto también estará muy incómodo y aguantará menos rato. Y además el pobre bebé estará sobre-estimulado y sobre-expuesto. Si vemos que alguien lo hace así, ¿qué le decimos?  Pues que “qué bien que ha decidido portear a su bebé” porque el contacto continuo es lo mejor, pero que si prueba en la otra dirección irá mejor…


El porteo facilita la vida a los padres y respeta los tiempos del bebé, su desarrollo psicomotor y neurológico.

A la hora de elegir un portabebé tenemos que tener cuidado pues hay muchísima oferta en el mercado, pero cuidado, porque no vale cualquier cosa, no todo es ergonómico.

Es muy fácil encontrar las mochilas “colgonas” (el bebé va colgado de los genitales) en muchas tiendas de puericultura y productos para bebés, que suelen ser además bastante caras, y en sus cajas llega a poner que están avalados por tal o cual sociedad de pediatras o de matronas… o que se puede poner al bebé mirando al frente a partir de X mes… Si ves eso, retírate, huye.


Nunca el bebé debe ir mirando hacia delante.
En esta imagen vemos una "colgona" con bebé colgado de los genitales, asimétrico,
rodillas más bajas que la cadera, espalda forzada... Y el porteador sin sujección
del peso en la cadera. Creo que ambos van muy muy incómodos.

Existen muchos tipo de portabebé diferentes: mei tai, pouch, mochila, fular, bandolera… Y de cada uno de ellos hay muchísimas marcas y modelos. ¿Cuál elegir? Esa es la cuestión.

Si puedes probar varios antes de hacer un desembolso, mejor que mejor. Pero lo mejor es que consultes con una asesora de porteo que te indique cuál es el más conveniente para ti y tu bebé, según vuestras necesidades y momento de desarrollo.

Beneficios para el bebé:
  • Les aporta seguridad: el bebé reconoce el cuerpo y olor de su madre.
  • Fortalece los vínculos entre el bebé y sus cuidadores.
  • Tranquilidad, al sentirse seguro está tranquilo. Un bebé porteado llora menos.
  • Mejora su calidad de sueño. La relación madre-bebé proporciona al bebé una regulación fisiológica.
  • Estimula todos sus sentidos.
  • La postura ergonómica mejora su bienestar físico, beneficia el desarrollo correcto de su cadera y columna.
  • Sobre el cuerpo materno, los sistemas del bebé funcionan de manera perfecta: termorregulación, sistema digestivo, sistema circulatorio, respiratorio, etc…
  • Favorece la lactancia materna a demanda porque está más cerca de la madre.
  • Mayor desarrollo neuronal, al estar en contacto están más tranquilos. El balanceo y movimiento continuo estimulan su sistema vestibular.
  • Menos reflujos y cólicos al estar en vertical.
  • Menos riesgo de plagiocefalia.
  • Duermen más fácilmente y durante más tiempo.

Beneficios para el porteador:
  • Al favorecer la segregación de oxitocina mejoran los síntomas de depresión postparto.
  • Mejora su calidad de vida.
  • El contacto físico refuerza los vínculos.
  • Aumento de la autonomía y movilidad.
  • Favorece la lactancia materna.
  • Mucho más baratos que los carritos.
  • Ocupan mínimo espacio.


En PORTEO ARANDA y los Talleres de porteo en Aranda de Duero podrás descubrir todos los secretos del porteo, conocer distintos tipos y modelos, probarlos todos, y cuando sepas cuál te gusta también podrás adquirirlo.

También puedes regalar porteo, ¡¡un estupendo regalo para tu ser querido!!  Bien en forma de taller de porteo, o bien en forma de un portabebé. Pásate por c/Isilla 3, y hablamos o manda un WhatsApp.

¡Lo comparto!