La importancia del apoyo
Cuando
nos quedamos embarazadas solemos tener mucho respeto al “momento parto”. Parece
que solo se nos prepara para tener un buen embarazo: qué comer, qué
medicamentos evitar, qué ejercicios hacer o no hacer…, etc. Pero sobre todo para
el parto. El parto es un momento que suele dar mucho miedo. Aunque también es
cierto que cuando llega el momento solemos estar tranquilas y aceptar lo que va
viniendo. La naturaleza es sabia.
Puede haber sido un parto largo o corto, medicalizado o no, respetado o no, pero al final el parto termina y pasa. Y de pronto, aunque lo hemos soñado e imaginado mil veces durante los meses previos, nos vemos con un bebé en brazos y nos asaltan muchas dudas y otros cuantos temores…
Parece que
nadie nos prepara para la crianza, lo que viene después del parto, lo que viene
ya para toda la vida. Ya tengas 80 años y tus hijos sean adultos con sus
propios hijos, siempre estarás preocupada por su bienestar. Eso ya no
desaparece. Mamá serás siempre.
Cuando la madre lactante une a las inseguridades típicas y propias
del puerperio el dolor causado por algún problema en la lactancia, entonces
todo se hace muy cuesta arriba, pero mucho.
Lo ideal es tener apoyo en el entorno cercano, empezando por la
pareja y siguiendo por la familia más cercana, (léase madre y suegra en muchos
casos) que muchas veces intentarán darnos consejos o apoyarnos de la manera
equivocada, no con mala idea desde luego, pero muchas veces no son los consejos
más apropiados.
Informarse durante el embarazo es fundamental. Y tener una
referencia de dónde se puede acudir en caso de que surjan problemas. Tener un
recurso que me indique, si lo necesito, a quién puedo acudir cuando surge la
necesidad, es primordial. Y acudir en cuanto surja el problema, no esperes a
ver qué pasa mañana, o a ver si se arregla solo. La lactancia no debe doler,
nunca, nada.
En Lactadvisor puedes encontrar al profesional de lactancia más cercano.
Luisa en la consulta, en una asesoría |
Publicado por primera vez en LACTADVISOR.