Curso práctico de asesoría en lactancia - 7 de junio 2014


Nueva edición del curso.

Siguen pidiéndome formación, sobre todo práctica, para poder atender a madres y bebés en su lactancia.
El próximo 7 de junio imparto un curso de 9 horas, con actualización de conceptos y fundamentos de la lactancia, técnicas para hacer asesoría con madres y casos para resolver.
Serán 9 horas en un sábado, intenso para poder conciliar y para que los que venís de lejos podáis hacerlo en un día. 
Los bebés pequeños pueden venir. Si tu bebé ya necesita más espacio y movimiento igual es mejor que no venga para que puedas aprovechar más. Pero desde luego son bienvenidos. Si viene con tu pareja, en las proximidades hay bonitos sitios que visitar, además estará en esas fechas la exposición "Las edades del Hombre", y como hará bueno podrán ver la ciudad. Y podrás darle el pecho en clase, o estar con él en los descansos. Si tu pareja come con nosotros, dínoslo para reservar.



¿Eres profesional sanitario y sientes que la formación en lactancia no ha sido muy amplia? ¿Quieres ampliar conocimientos y hacer asesoría en lactancia? ¿Quieres ser IBCLC? Con este curso sumas horas para los requisitos de formación específica en lactancia y aprendes técnicas de asesoría, imprescindible para pasar el examen.

¿Quieres ser asesora de lactancia?Quizá cuando fuiste mamá tuviste un problema y una asesora te ayudó a encontrar la solución. Quizá después te ha gustado esto de la lactancia, has leído, has visto a otras madres y has sentido esa necesidad de compartir lo que has ido aprendiendo con tu maternidad.



Quizá te ha picado el gusanillo y te planteas empezar a formarte como asesora. Quizá tienes ya muchos conocimientos sobre lactancia pero no sabes cómo aplicarlos directamente...Cómo atender a una madre cuando viene al grupo o cuando hace una consulta, qué veo que la madre no me dice, qué hay detrás de todo... Y una vez identificado el problema, lo veo claro, pero ahora cómo le ayudo a resolverlo, qué le digo, qué hago... Cómo hago para que no se sienta mal y el problema se solucione...Seguro que te has planteado estas preguntas, ¿verdad?




El curso surge debido al interés -y a la necesidad de actualización y formación-. Muchas madres y profesionales de la salud me preguntan: "quiero ser asesora/IBCLC, ¿qué tengo que hacer?" Evidentemente hacer un curso no te convierte en asesora de forma automática, pero por algo se empieza. Los supuestos y casos clínicos ayudarán a saber cómo actuar de un modo práctico y ameno. 




El curso se celebrará el sábado 7 de junio de 2014, en Aranda de Duero. Incluye documentación, certificado de asistencia, diploma acreditado para las profesiones sanitarias, y la comida de trabajo. Tendrá una duración de 9 horas lectivas y está acreditado con 1,8 créditos por la Comisión de Formación Continuada de las profesiones sanitarias.




Las plazas son limitadas. Se reservan por riguroso orden de inscripción. 75 euros no socias. 60 euros para socias de Lactaranda.


Inscripciones y formulario en asesoradelactancia@hotmail.com, o en lactaranda@hotmail.com 



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Taller "De la teta a la cuchara"

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Todo lo que quieres saber sobre la alimentación complementaria.
Sábado 29 de marzo, Instinto Maternal, Burgos. A las 17h30.
¡Ven con tu bebé!


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Hongos en el pezón


¡¡Que no, que no existen!! Ahora lo sabemos.

Se sabe ya desde hace algunos años, gracias a las investigaciones de entre otros, Juan Miguel Rodríguez de la Universidad Complutense de Madrid.

Situación típica: lactancia que lleva un tiempo, más o menos largo, sin problemas. O quizá con algún problema inicial, pero solventado. De pronto un día, sin entender muy bien por qué, la mamá empieza a notar molestias, cierto dolor. Algo no definido, difícil de explicar. La mayoría de las mamás refieren pinchazos, como si les estuvieran clavando alfileres o agujas en el pecho.

A día de hoy, por desgracia, aún son muchísimos los pediatras y matronas, incluso algunas asociaciones de lactancia, que creen que la Candida Albicans es la causa de ese dolor. “Tiene hongos” es lo que se suele decir. Y como tal se trata a la madre con antifúngicos por vía oral y/o tópica durante un tiempo.

Suele darse una crema tipo Daktarin (miconazol) y a veces una pastilla Diflucan (fluconazol). En ocasiones algunas madres refieren una leve mejoría. Y dejan de darse la crema porque parece que está todo en orden, pero a los pocos días tienen una recaída, más molesta si cabe. En este punto es cuando muchas madres, angustiadas por el problema, optan por la opción B, el biberón. Ante el dolor y la desesperación. ¡Y es que el dolor es realmente horroroso! Yo misma experimenté todo: el dolor, el diagnóstico incorrecto, la leve mejoría con daktarin y fluconazol, y la recaída definitiva. Y también tuve ganas de un plan B… Afortunadamente mi instinto me pudo y seguí dando el pecho. Tuve que tomar antibiótico por una infección de garganta, y eso debió ser lo que me salvó.

Si a veces con esa crema o pastilla ha sido suficiente es bien porque la infección era mínima o bien porque ha desaparecido la causa que la provocó, que a veces no la sabemos. Algunos estafilococos son sensibles al fluconazol por lo que parece mejorar con el antifúngico, pero suele haber recidivas.

En muchos casos, pero no en todos, el dolor del pecho va a la par que una infección por muguet (candidiasis oral) en la boca del bebé, o eritema del pañal, y esto despista a algunos sanitarios y dicen que son hongos. Pero ahora sabemos que la glándula mamaria no es un ecosistema adecuado para el crecimiento de la cándida. También sabemos que las cándidas no producen dolor, y sin embargo las mujeres con este problema refieren dolor, mucho dolor.

¿Y qué es entonces?

Pues una mastalgia, quizá una mastitis. No una mastitis de esas de libro, como se describían antaño en los libros de lactancia: fiebre, bulto y rojez localizada, (que también las hay y en ese caso es una mastitis aguda). Estas otras, las que antes decían “hongos” son las mastitis subagudas. Que como no tienen los síntomas de libro de las mastitis, pasan desapercibidas para muchos profesionales, y como no saben qué decir a la madre que refiere tanto dolor… pues le dicen que son hongos. Y hale, ya tenemos el problema: diagnóstico erróneo ð tratamiento erróneo ð riesgo para la lactancia.

Ahora no voy a hablar de los tipos de mastitis que hay. Pero sí decir que la leche no es estéril y que existe una amplia microbiota en el pecho. La leche materna es una buena fuente de estafilococos, estreptococos, bacterias lácticas, propionibacterias o bifidobacterias. Pero cuando se altera el número de alguna de ellas y unas proliferan más que otras, es cuando se produce una disbiosis y llegan los dolores y las molestias.

¿Y por qué se altera el número de dichas bacterias? Puede haber muchas causas. Que la madre se ha saltado una toma, un sujetador más apretado que hace un poco de obstrucción, un bebé que está malito, unos dientes que empiezan a salir y el bebé tiene que adaptarse a la nueva forma de mamar, un bebé que crece y se distrae y se “olvida” de pedir teta, mamá tiene que trabajar fuera de casa más horas… ¡¡pueden ser tantas cosas!! La IBCLC es aquí donde hace una buena anamnesis y busca las posibles causas. Para abordarlas antes o a la vez que la propia mastitis.

Cualquier dolor en el pecho, sobre todo si no está asociado a un bulto, rojez, fiebre u otros síntomas físicos evidentes, ya no hay que interpretarlo como hongos, sino como mastitis. Y el tratamiento adecuado desde luego no son los antifúngicos.

Lo mejor es hacer un cultivo y ver qué bacteria o bacterias están alteradas en número y hacer un antibiograma.

En nuestra consulta hemos recogido muestras de leche y mandado hacer cultivo con asiduidad hasta hace unos meses. Juan Miguel Rodríguez Gómez y su equipo en la Universidad Complutense de Madrid, nos hacían los cultivos mientras duraron los estudios. Ahora también se realizan pero ya hay que pagarlos, y entre el envío en frío y el cultivo, el precio sube mucho. En la práctica las madres no pueden o no quieren pagarlo. Y nos vemos abocados al diagnóstico sin cultivo. Por desgracia ni en nuestro hospital de referencia ni en nuestros centros de salud quieren ni saben hacer este tipo de cultivos. En la práctica privada lo hemos intentando pero nos dicen que no saben qué buscar y cómo. Así que cuando el cultivo no es viable los profesionales de la lactancia tenemos que actuar un poco a ciegas. Sin embargo nuestra amplia experiencia nos dice que aun sin cultivo se trata de una mastitis con toda probabilidad y estamos comprobando cómo el uso de probióticos para su tratamiento da muy buenos resultados, pero siempre buscando y abordando la causa primera.

Hay otras vías de tratamiento como ciertos antibióticos, anti inflamatorios y algunas medidas nutricionales. Es el profesional de la lactancia, la Ibclc, quien junto con la madre, debe buscar la mejor solución posible dado el caso concreto.

Cada caso es único, cada madre diferente, y cada bebé distinto. Y hay que evaluar a la pareja madre/bebé en su conjunto.

Si tienes dolores en el pecho, o te han dicho que tienes hongos, acude cuanto antes a tu IBCLC para poder tratarte de forma individual y personalizada, dedicándote el tiempo que sea oportuno y no sólo los 10 minutos, o incluso menos, que pueden dedicarnos en el centro de salud. Ten cuidado y acude a un verdadero profesional. Porque no todas las que se llaman asesoras tienen la formación y conocimientos precisos. 


Si tienes dudas puedes llamarme o mandarme un correo electrónico.

Bibliografía: "Mastitis, el lado oscuro de la lactancia. Microbiota mamaria: de la fisiología a las mastitis". Editores: Juan Miguel Rodríguez y Leónides Fernández. Probisearch.

Puedes dejar un comentario aquí abajo, una reseña en este enlace y seguirme en instagram




¿Todo bien? No, todo no está bien.

Cuando hay algún problema...

Acabas de tener un bebé. Y de pronto tu vida es distinta. No puedes decir si mejor o peor. Diferente.  No te atreves a decir que es peor porque realmente adoras a tu bebé, pero ¿es realmente mejor?

Estás agotada, no has vuelto a dormir 4 horas seguidas (o más) desde el día antes del parto (o antes del embarazo si tu embarazo ha sido durillo). La lactancia puede que vaya bien, pero a veces sientes que esa personita que está ahí es un extraño. Y peor aún, a veces te culpas sólo de pensar eso.

Cuando estaba en tu vientre imaginabas un bebé hermoso, dormidito, probablemente tumbado rodeado de colores pastel, suaves, alegres, y de puntillas y lazos. Tranquilidad, relax, algo precioso. Pero ha nacido y el parto ha sido duro. No querías epidural pero no podías más de dolores y al final te la pusieron. O tal vez la querías desde el principio, qué más da. El caso es que fue largo, y difícil.

¿Todo bien? Te preguntan a tu alrededor.

Sí, respondes. ¿¡Qué vas a decir!? ¿Que estás agotada? ¿que no es lo que esperabas?  ¿que no sabes qué te pasa? ¿que lloras mucho?  ¿que además tu bebé tiene un problema…? Quizá una displasia de cadera, algo frecuente. Quizá usaron fórceps o ventosa y el niño tiene la cabecita deformada (cefalohematoma). Quizá un soplo. Quizá un angioma. Quizá los pies zambos. Quizá hipoacusia. Quizá clavícula rota. Quizá labio leporino… Aunque algunas de estas situaciones ya se pueden saber durante el embarazo y haberte preparado mentalmente para ello, no es así siempre. No estabas preparada para esto. Algo, lo que sea, algo que te hace sentir culpable. Seguro que piensas si tal vez hiciste o dejaste de hacer algo en el embarazo. O algo que comiste, o un medicamento… Como madre y mujer no puedes evitar culparte. Y lloras. Y la gente que está a tu alrededor te dice que no llores.

Pues no. ¡¡Llora!! Tienes que llorar lo que necesites. Pero tu pareja o una persona de confianza tiene que estar contigo, para que no llores sola. Igual que nunca dejaremos llorar solo a nuestro hijo.

Con los días las hormonas de tu cuerpo “puérpero” retomarán la normalidad y se recolocarán. Y tú aceptarás ese pequeño contratiempo. No consuela, pero casi todas las mamás te cuentan algo cuando te sinceras.

El acompañamiento es estos caso es fundamental hasta que la madre acepta y comprende el problema. Es como un duelo. Hemos perdido la visión idealizada que teníamos. Y como tal pasamos por unas fases: negación, enfado, negociación, depresión, aceptación. Es necesario que la madre exprese su dolor, hay que dejarle que lo haga y saber estar ahí. El padre también sufre, pero no tanto porque físicamente no ha notado nada. Sería la persona adecuada para estar y facilitar que la madre se exprese.

Por eso son tan importantes los profesionales que atienden a las madres, sobre todo en el puerperio. Como profesional de la lactancia veo a diario mamás en plena revolución post-parto, angustiadas porque no ha sido lo que esperaban. Y hay que saber apoyarles. 


¿Todo bien? Sí, ahora sí.
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