LA TETA TRANSPARENTE
La naturaleza no nos ha hecho con rayas.
Nuestras tetas no son trasparentes y no vemos cuánta leche
producimos.
Las madres, inseguras muchas veces, sobre todo al principio,
quisieran ver las rayitas en sus pechos marcando cada 5 ml para ver cuánta
leche toma su bebé.
Si la naturaleza hubiera creado a los humanos para tomar
leche de otra especie, leche artificial, nos habría puesto biberones en vez de
tetas.
¿Por qué esa falta de confianza?
Hemos estado décadas inmersas en la llamada “cultura del
biberón” en la que se nos vendió que la leche artificial era igual o incluso
superior que la leche materna (algo que sabemos de sobra que es falso). Se
engañó a las madres durante años y se les hizo creer que era normal, incluso
saludable, cambiar la forma de criar de la especie. Dar leche de vaca modificada
al bebé en lugar de leche humana… Pero ¡qué barbaridad! ¿Verdad? Y todavía hay quien lo ve normal. O madres que dan leche de bote sin pensar en las consecuencias.
Y ojo, soy la primera que recomienda leche artificial si es
estrictamente necesario cuando se han descartado las demás opciones.
Se nos vendió la separación de los hijos, el dejarlos
llorar, la liberación de la mujer… la desnaturalización de la crianza… Y eso ha
hecho mella en nuestro subconsciente colectivo, porque ahora las madres quieren
dar el pecho, pero están inseguras muchas de ellas. No saben cuánta leche produce,
quieren saber la cantidad exacta, quieren ver cuánto hay dentro del pecho, cuánto
sale, cuánto toma su bebé…
Pero la teta no es transparente. Y tenemos que confiar en la
naturaleza, que nos hizo mamíferos.
Para todas esas dudas estamos las IBCLC, como consultoras de
lactancia con todo lo que ello implica, para dar seguridad y confianza a esa
madre dudosa y apoyarla en su correcta y acertada decisión de dar el pecho a su
bebé aún sabiendo que su teta no tiene rayas de 5 en 5 mililitros.