RELACTAR
RELACTACIÓN, ¿qué es?
Hay veces que sin querer salimos del hospital recién paridas
dando biberón. O por el miedo o el desconocimiento o la falta de apoyo, o la
razón que sea, parimos y hemos decidido no dar el pecho. Porque te han dicho que
no puedes, porque no quieres, porque lo has intentado y dolía, porque el bebé
ha perdido mucho peso y te han aconsejado pasar a biberón, porque te han dicho
que en tu familia no hay leche o nadie ha podido amamantar, porque nadie te ha
echado una mano …
Puede que quisieras dar pecho pero te hayas visto superada por
la situación, el cansancio, el dolor, comentarios y visitas no deseados, poco
apoyo profesional...
Puede que no haya sido cosa tuya, sino fuerza mayor por
alguna enfermedad, del bebé o tuya, porque os han separado al nacer…
O quizá has adoptado un bebé y te planteas darle pecho…
O tal vez quieres amamantar para ayudar a una amiga o familiar… Hay abuelas que han relactado para poder amamantar a sus nietos por problemas de la madre. O hermanas que ayudan amamantando a sus sobrinos. O a veces otros motivos como ofrecer leche materna a familiares enfermos.
En todos estos casos siempre es posible conseguir una producción de leche, incluso aunque no hayas parido, por ejemplo, para las adopciones.
Fíjate, si es posible inducir una lactancia en caso de adopción sin haber
gestado, más fácil es si sí has parido y quieres retomar la lactancia, aunque
haya pasado tiempo: días, semanas, incluso meses o años.
Evidentemente será más sencillo cuanto menos tiempo haya pasado. Y hay que tener en cuenta las circunstancias. Pero es perfectamente posible.
Hay varios factores en la madre que pueden afectar al éxito
de una relactación o una inducción:
- Que la
madre biológica o adoptiva tenga un fuerte deseo de amamantar al niño.
- Que haya una correcta y adecuada estimulación del pecho y del pezón.
- Que la
madre cuente con un buen sistema de apoyo, que la ayude y refuerce su
confianza.
- Grado de
información.
- Si has
tenido un parto o no, y si has amamantado antes o o no.
Y en el niño influirán estos factores:
- Su disposición a mamar.
- Su edad.
- El tiempo que haya pasado desde que dejó de mamar (si es que lo hizo).
- La forma cómo se haya alimentado mientras no amamantaba. El biberón nada tiene que ver con el pecho y a veces niños acostumbrados al biberón no consiguen saber mamar del pecho.
Siempre es posible la relactación, aunque va a requerir un
esfuerzo por tu parte. Si estás dispuesta con ayuda y seguimiento profesional
te será más fácil. Te apoyo y guío en tu relactación.
¿Qué necesitamos?
Fundamentalmente se trata de producir leche y de que el bebé
se agarre al pecho para obtener esa leche.
AUMENTAR PRODUCCIÓN
Existen distintas técnicas de extracción para estimular
correctamente los pechos.
Ten en cuenta también que las hormonas jugarán su papel. Y
para ello además disponemos de medicación, los galactogogos.
Entre el segunda y el sexto día ya podemos obtener las
primeras gotas, lo cual motiva mucho para seguir.
La leche que tome artificial se podrá ir sustituyendo poco a
poco por la leche extraída.
AGARRE AL PECHO
Si el bebé ha amamantado y ha pasado poco tiempo desde que
lo ha hecho será más fácil que si nunca lo ha hecho. Pero aunque no se agarre
al pecho siempre es recomendable hacer piel con piel el mayor tiempo posible, y
que estimule el pezón, llevarle en portabebé…
Si el bebé se agarra al pecho podemos usar un relactador, donde se pone la leche (extraída o artificial) que le vamos a dar y que tomará a la vez que toma el pecho, a la vez que estimula el pecho con su succión. A mamar se aprende mamando. Es una opción buenísima.
Hay que ver cómo se le ha dado la leche hasta entonces al
bebé. Con un biberón es más difícil que se acostumbren de nuevo al pecho, pero
no imposible. Podemos ir dejando los biberones y dar el alimento con otros métodos. Personalmente me gusta mucho jeringa-dedo porque sirve de estimulación
y es una buena transición entre el biberón y el pecho. Aumentar el contacto
piel con piel hasta que acepte el pecho. Mientras debemos trabajar con la producción,
haciendo extracciones frecuentes tanto a mano como con extractor.
No podemos generalizar pues cada caso será distinto según
sus circunstancias. Por eso es importante que te dejes guiar por un
profesional, será más sencillo con apoyo.
Cada gota es oro blanco. Una sola gota ya tiene
inmunoglobulinas y anticuerpos que no tiene la leche artificial. Merece la pena.
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