miércoles, 13 de noviembre de 2013

El biberón de la noche

Muchas personas lo llaman el “biberón de ayuda”. Otras  el “biberón de refuerzo” o “biberón de apoyo”. Se trata de un biberón que se da a un niño que en principio toma pecho, y que la mayoría de las veces es de leche artificial. “Le ayudo con un biberón”, me dicen muchas madres cuando llegan a la consulta. Y llegan las más de las veces porque notan que no tienen suficiente leche y/o que su bebé parece no tener bastante con el pecho.

Muchas de estas mamás han salido del hospital ya con ese biberón. Otras lo han ido incorporando los primeros días en casa, bien porque se lo ha comentado otra madre (a veces la propia madre, la suegra, la hermana… o cualquier vecina o familiar que haya sido madre antes) o bien porque es el propio pediatra quien se lo ha recomendado.

Este biberón de ayuda* mina la confianza de la mujer en producir leche suficiente, y en el estado emocional que está una nueva madre, sobre todo las primerizas, nos creemos todo lo que nos cuentan… Estamos dudosas, tenemos miedo, respeto, no sabemos si vamos a saber hacerlo bien… ¡¡De pronto soy una mamá!! 

Convertirse en madre es un cambio en la vida, y lleva un tiempo adaptarse. En ese período es cuando debemos estar bien protegidas, y apoyadas. Por nuestra pareja, nuestra familia, y nuestra comunidad incluyendo el personal de salud. Ese apoyo es lo que falla en un alto porcentaje.

No falla la madre, falla el sistema.

Si sabemos cómo funciona la lactancia, el funcionamiento fisiológico del pecho, entenderemos mejor las cosas. Resumiendo mucho diremos que se produce leche según se demande, es decir: a más demanda, mayor producción. Si pongo a mi bebé al pecho 10 veces en un día voy a producir bastante más leche que si sólo le pongo 6 veces. Y ahí está la clave.

No necesitas el biberón de la noche*. No. Si notas que el bebé quiere más, le vuelves a ofrecer el pecho. Cuando una madre que opta por no dar pecho da el biberón a su bebé, si éste se queda con hambre le prepara otro biberón ¿no? Pues con el pecho es igual: si le das el pecho y notas que se queda con hambre, le vuelves a dar el pecho. Porque la naturaleza es sabia y el cuerpo funciona muy bien (salvo raras excepciones) y producirá más cantidad si nota que hay más demanda.

El problema de ofrecer ese biberón esporádico es que puede crear confusión al bebé puesto no que es igual la forma de mamar un pecho que la de succionar un biberón, las posturas son distintas, los músculos implicados son usados de distinto modo. Hay niños a los que esto no les crea problema alguno, pero son los menos. Dar biberón conlleva unos riesgos.

Y el segundo problema pero para mí el peor, es que ¡¡se tarda dos semanas en restablecer la flora intestinal después de una sola toma de leche artificial !! No dar leche humana, tiene unos riesgos.

Pero si una madre me dice que le da ese biberón porque cree que no tiene leche suficiente, habría que mirar por qué lo cree. Yo creo en la lactancia, pero creo en las madres: si la madre piensa que hay un problema, veamos por qué y cómo resolverlo.

Muchas veces es solo falta de información o interpretación errónea de lo que se supone que es normal. La mayoría de las veces es postural. Y luego están los dichosos frenillos. Algunas enfermedades. Pero para todo hay remedio. 

La pena es cuando no están seguras pero tampoco piden consejo o ayuda a los especialistas en la lactancia. O cuando los consejos, aunque bien intencionados, son erróneos o vienen de quien realmente no sabe del tema.

Si tengo un problema muscular, voy al fisioterapeuta. Si es de huesos, al traumatólogo. Si de dientes, al especialista… Y así un montón de especialidades. Pues bien, si tengo un problema con la lactancia acudo al especialista de lactancia, que NO suelen ser el pediatra o a la matrona, es la Consultora IBCLC – que puede que también sea pediatra o matrona, pero no siempre es así –.

Como digo, no es necesario ese biberón de la noche en la gran parte de los casos. Pero si de verdad tuviera que darle leche “de ayuda” a mi bebé, se la puedo dar de otro modo que no sea con biberón, y puede ser leche extraída y no de fórmula, o quizá donada, de banco… Siempre hay opciones.


Porque un biberón suele ser el camino de otro, y el principio del fin de la lactancia.

Nota: no ilustro con fotos de niños tomando biberón porque ese no es el modo normal de alimentarse.