La presión de los laboratorios


A las mujeres que deciden dar el pecho (digo esto porque aunque parezca mentira algunas mujeres deciden no hacerlo!!!) los laboratorios no pueden venderles leche artificial. Sutilmente ya en el embarazo las casas comerciales bombardean con muestras de sus productos. Y en algunos hospitales o centros de preparación al parto aún se reparten canastillas de esas repletas de publicidad, con chupetas, pañales, revistas de bebés con informaciones desactualizadas, totalmente sesgadas y llenas de publicidad contraria a la lactancia, biberones, aguas supuestamente buenas para preparar biberones… vamos, lo que todas sabemos: un disparate sin igual.

Hace ya más de treinta años que la OMS y UNICEF se dieron cuenta de que la industria de la alimentación infantil estaban minando la confianza de las madres y las tasas de lactancia habían bajado peligrosamente. Y por eso surgió un código, el código internacional de comercialización de las preparaciones para lactantes y de otros productos utilizados como sucedáneos de la leche materna.

El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de OMS/UNICEF tiene por objeto racionalizar el uso de sucedáneos de la leche materna, volcando el principal esfuerzo en la promoción de la lactancia natural, con el convencimiento de estar asegurando un futuro mejor para nuestros niños. Fue adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1981. Y España lo ha regulado en este real decreto.

Entre otras cosas dice que está prohibido entregar muestras de leche las madres ¿A qué sabes de alguien que ha recibido muestras de leche en su centro de salud cerca de ti?

Así, como os decía, como a las madres –a las que están bien informadas- no pueden venderles leche artificial, ahora la industria se inventa otras necesidades, como por ejemplo las infusiones: que si para los cólicos, que si para dormir, que si para el estreñimiento… O peor aún: para tener más leche, o para tener leche de mejor calidad… ohhhhh!!! (Sólo son agua con azúcar!!)

Sabemos que hasta pasados los 6 meses los bebés no deben tomar nada más que leche, nada más, ni agua, ni infusiones, ni zumos…

Y ahora intentan atiborrarnos con probióticos. Para los bebés y para las madres. Me llegan madres a las que les dan Reuteri para los cólicos del bebé, desde el minuto uno... Me llegan madres recién paridas que toman Lactanza desde el minuto uno de su maternidad…

En cuanto al Reuteri para los “supuestos” cólicos del lactante, tampoco se ha demostrado que realmente sea eficaz. En cualquier caso la leche materna es una buena fuente de probióticos de calidad.

Y para las madres, los probióticos se vienen usando un poco de forma empírica para ayudar a solventar mastitis. Hay estudios de Juan Miguel Rodríguez, que podéis ver aquí, y alguna cosa más en inglés, pero no son suficientes aún. Sí que es verdad que en general han dado o dan buen resultado en intervenciones de mastalgias (dolor de pecho) en casos que antes se trataban con antifúngicos y no mejoraban, en mastitis leves… Pero supervisados por un médico o una IBCLC, acompañados de otras intervenciones previas y mucho más importantes, y tomados en su justa medida.

¿Y qué es lo que me encuentro ahora? Que la empresa que los comercializa se ha lanzado a dar muestras impunemente y debe tener forradas las paredes de las salas de las matronas de todos los hospitales, porque me llegan mujeres a la consulta que están tomando estos probióticos para prevenir, ya desde el minuto uno del nacimiento de su bebé, ¡¡cuando no es necesario!!

Cuidado, ponte en manos de una experta en lactancia. Ella evaluará si puede venirte bien o no dicho probiótico, después de haber valorado todo. Hay mucho más que ver antes, hay intervenciones que hacer, se puede corregir la técnica… Y desde luego, no necesitas los probióticos por sistema. Su uso indiscriminado podría incluso resultar perjudicial.
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