martes, 2 de febrero de 2021

Me voy de Facebook

Pues sí, querid@s lector@s, ¡¡por fin lo he hecho!!

Y qué descanso por favor...

No sé muy bien cuándo empecé en esa red social, creo que en 2014, aunque no recuerdo en qué mes ni cómo. Como todo el mundo lo hacía, yo también, igual que me di de alta en otras redes.

Luego, al crear la consulta, supuse que sería un buen medio para encontrar información y tal vez  publicitarme. Pero vamos, la verdad es que la mayoría de mis pacientes no suelen venir precisamente por encontrarme en Facebook, son casos contados. Las pacientes vienen por el boca a boca sobre todo. Y las consultas virtuales vienen a través de mi web o del canal de telegram.

Con los años encontré gente a la que hacía tiempo que no veía y de la que no sabía nada en años, pero al final eso tampoco ha sido un aliciente pues el día a día es el que es. Y vale más una llamada o un mail personal que dar un par de likes a sus fotos o ellos a las mías.

Después creció el número de "amigos". ¿Amigos?  Chica, no sé, parece que a cualquiera ahora se le llama amigo. ¡Pero la verdad es que a la mayoría no les he visto en la vida, ni los veré! Y es más, algunos piden amistad para cotillear pero en la calle te niegan el saludo.

Luego la propia red te apabulla a publicidad, y si quieres que se te vea, paga tú también tu publicidad claro.  Además tema teta, delicado tema es, parece que al pobre de Zuckerberg le da yuyu o tiene algún tipo de trauma con ello.  Y empiezan a poner pegas, que si te restringen la cuenta, que si esto es inapropiado, etc, etc.

Más tarde alguien hackeó mi cuenta y me quedé sin acceso durante semanas. La comunicación con la empresa: cero. No ha habido manera en dos meses de obtener una respuesta personalizada o la atención de una persona que me explicara por qué estaba restringida, por qué estaba hackeada, por qué no podía recuperar mi cuenta, o por qué una vez recuperada no me dejaba publicar apenas nada, porque limitaba los enlaces que podía poner...

Y hoy en día siempre hay alguien que se ofende... publiques lo que publiques.

Total, que elimino cuentas y me quedo tranquila. Gana mi cerebro, y gano algo de tiempo.

De momento seguiré con otras redes, pero vamos, en cuanto las políticas cambien y sólo quieran tus datos o tu dinero, o ambas cosas, ¡¡adiós!! Y supongo que pasará en las demás redes... 

Reconozco que fue una buena herramienta durante un tiempo, para entrar en contacto con otras personas que de otro modo non habría conocido, para compartir algunos contenidos de interés y para obtener yo misma información . Pero se acabó.

Aquí puedes leer 6 cosas buenas que te ocurrirán si decides dejarlo tú también, entre ellas no perder el tiempo, no tener la sensación de que todo el mundo es maravilloso y mejor que yo, viaja más, es más guapo, más rico, más listo, escribe más libros, tiene más éxito...

Me queda Instagram, pero no tardaré en irme... porque es la misma empresa y por tanto están siguiendo la misma línea... Son las mismas sensaciones. Tiempo al tiempo, ya veréis.



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