Agradecimiento de un madre (mesa electoral y lactancia)
De
bien nacido es ser agradecido, eso es algo que me enseñaron mis padres, así que
aquí estoy para dar las gracias a esas personas que hacen que, aunque el
sistema no funcione, siga pudiendo creer en la gente, que te encuentras buenas
personas que hacen que las cosas funcionen por conciencia, no por interés…
Y
eso fue lo que me encontré en las urnas, entre los que estábamos allí para
cumplir con nuestras obligaciones. Acudimos todos, incluidos mi bebé y yo, a
las 8 de la mañana para configurar las mesas. Nadie entendía por qué tenía que
estar allí con un niño pequeño, y mucho menos lo entendían con la casuística
que les expliqué. Hasta dónde llega el corazón que una de las suplentes (2ª
suplente de 2º vocal) se presentó voluntaria para cubrir mi puesto.
Inicialmente desde el ayuntamiento no nos lo permitieron, pero al final,
gracias a una Policía Nacional y una de las trabajadoras del ayuntamiento que,
con mucho corazón y cabeza que hicieron entender a la junta electoral que ese
no era sitio para un bebé, que de ninguna de las maneras podía pasar el día
allí, y mucho menos esperar a que terminara las funciones de presidenta para
poder irse a dormir.
Total
que a las 10:30, después de unas cuantas llamadas y peripecias pudimos estar mi
pequeño y yo en casa, con una nueva experiencia a la espalda, y el
agradecimiento a mis compañeras de mesa por insistir, a mi sustituta por su
voluntariedad y a la Policía Nacional y la trabajadora del ayuntamiento por
empeñarse y lograr que prime la lógica a la burocracia.
También
gracias a todas esas personas que en este camino de lo absurdo me habéis
apoyado y me habéis dado ánimos y un hombro en el que descargar la
insatisfacción del absurdo del sistema.
GRACIAS
Maira Chicote de
Miguel
El caso de Eva y Mario
Eva es la mamá de Mario. Mario
nació hace 7 días. Parto vaginal, con epidural y oxitocina sintética. Pero para
el hospital donde ha nacido, un parto bastante bueno…
Mario nació en la semana 39 con 2960 grs, y dos
días después le dieron el alta con un peso de 2870, una escasa pérdida. Al día
tercero con la subida de la leche la madre no puede dolor pero va aguantando,
retrasando o evitando las tomas. El cuarto día se compra unas pezoneras porque
alguien le ha dicho que con eso no dolerá. Afortunadamente encuentra una
farmacia que distribuye una marca de pezoneras que las hace en distintas tallas
y le da la adecuada a su pecho.
Creo que ha sido una suerte,
podía haberse encontrado con unas pezoneras de esas gruesas y enormes que
entorpecen tantísimo la lactancia.
Y va tirando.
Cuando Mario tiene 7 días vienen
a mi consulta. Eva y su pareja están llenos de dudas y temores, pero se
relacionan bien con Mario, a quien veo activo. Me cuentan su historia, hablamos,
mientras procuro que se sientan relajados, tranquilos, y voy tomando notas
mentales de lo que veo. Aprovecho y veo la boca de Mario, descarto
anquiloglosia u otros problemas. Eva está bien de salud, el pecho unas grietas en proceso de cura. Las grietas de Eva están casi cerradas. Con mis sugerencias
va estando cada vez más cómoda. Se relaja, habla, y llora, como tantas mamás. Es
importante que se desahogue y la escucho. Acaba echada en el sofá de la
consulta haciendo una toma espectacular en la que Mario mama de maravilla
durante un buen rato, sin pezonera, se
le oye tragar, a buen ritmo, y se suelta solo totalmente borracho de leche.
La cara de Eva es la misma
alegría. Sus ojos lloran pero ahora de emoción.
Ha sido una consulta fácil, un empujoncito
para que Mario colocase bien su cara frente al pecho de mamá, un par de
sugerencias. Y reforzar todo lo bien que estaban haciendo. Y ya está.
Mario, Eva y papá se han ido a
casa contentos y empoderados.
Qué pasaba: simplemente era
un problema postural, cogía al niño por
el codo en lugar de por el antebrazo y esto hacía que su boca no estuviera bien
enfrentada al pecho. Las pezoneras de la talla adecuada estaban haciendo que se
cerrara la herida de las grietas, aunque las tomas no estaban siendo del todo
efectivas por lo largas y porque no se soltaba solo. El peso sin embargo no iba
mal. (En la balanza de consulta ha pesado 3050 grs).Un movimiento del culete de
Mario hacia su madre, y ya. Probar el afianzamiento espontáneo, y ya.
Han salido con información, un
par de folletos, dudas resueltas, y sin dolor. Y con la invitación de preguntar
todo lo que necesiten.
Ojala todas las consultas fueran
así. No es lo habitual desde luego.
Una gran parte de las consultas
que me llegan son casos difíciles, casi a la desesperada, después de haber ido
al pediatra o a la matrona, incluso al ginecólogo sin haber obtenido una
solución. Algunas veces he tenido que
enviar a gente a urgencias por grave deshidratación o algunos problemas gordos
que los padres no sabían ver… Así que cuando llega una de estas más “sencillas”
por ser posturales, en las que no hay problemas físicos en la madre ni en el
bebé, pues se hace hasta raro. Que conste que a todas las parejas las dedico el
tiempo que haga falta, tengan problemas “sencillos”
o complicados. Puede que físicamente sea fácil, pero el factor psicológico es
tan o más importante. La madre (y el padre claro) que viene ha de salir
empoderada y con su problema resuelto o al menos encaminado a la resolución,
sea fácil o difícil porque para ella es su problema y es importante.
Agradezco a todos los profesores con
que me formé como IBCLC las enseñanzas de técnicas de asesoría que para mi
trabajo son igual de importantes que los conocimientos médicos sobre lactancia.
Aprovecho para comentar que
quedan un par de plazas libres en el curso de asesoría que imparto el día 7 de
junio para Lactaranda, en el que se abordarán con especial insistencia todas estas
técnicas de las que hablo.
Piel con piel |
Me he comprado unas pezoneras
Día 4
Pues eso, que tuve a mí bebé el otro día, y me duelen las
tetas. Tengo grietas y me duele el pecho. Sufro de pensar que le toca otra vez.
¡¡Tengo un dolor horrible!!
Así que he ido a comprar unas pezoneras. No sé dónde oí que
con las pezoneras no duele.
El caso es que cuando he ido me han preguntado que de qué
talla las quería, y no sé, no sabía qué talla tengo. Yo creí que eso es como la
talla del sujetador, pero ya he visto que no. Como no podía abrir una de cada
para ver cuál es mi talla, así a ojo creo que mi talla es la S, la pequeña.
Pero llevo un par de tomas con ellas y no sé, no lo veo
claro. Yo creo que mi niño no saca nada, y doler me duele parecido. Aysss, no sé qué hacer. Si esto
sigue así creo que le voy a dar un biberón… me rindo.
Pezonera |
Día 6
Llevo ya dos días con las pezoneras, pero la cosa no
mejora. Me he puesto a investigar en
internet y he encontrado que hay un grupo de apoyo a la lactancia en mi ciudad.
¡¡Anda!! No idea que había esos grupos. Creo que voy a ir a ver.
Día 8.
Pues ayer me pasé por el grupo de apoyo. Qué suerte que
justo en el grupo de mi ciudad hay una IBCLC.
Estuvo conmigo una hora y media. Me hizo un informe con unas preguntas
mientras me miraba a mí y al niño. Fue dulce y cariñosa, me hacía sugerencias y
preguntas, pedía permiso para tocar, pero tocó poco. Me entendió perfectamente,
tanto que me desahogué con ella. Y lloré. Mi marido flipaba, pero se sintió
cómodo y partícipe. ¡Qué maravilla! El niño comió como no lo ha había hecho
hasta ahora y por primera vez se soltó solo del pecho. Pero lo mejor de todo es
que tuve mi primera toma sin dolor. ¡¡Nada de dolor!! ¡Qué pasada, yo pensaba
que la lactancia tenía que doler! Ya sé que no es así.
NO sé muy bien contarte qué me hizo o dijo. Pero desde que
estuve con ella no tengo dolor, no llevo pezoneras y el niño está comiendo
bien. Estuvimos viendo posturas, me habló de poner al niño desnudito encima de
mí, piel con piel. Y también le miró la boquita. Todo está bien. ¡Qué alivio
siento!
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