¿Papilla? ¡¡No, gracias!!
No es necesario dar papillas a
los niños.
Cuando se acerca la etapa de
empezar con la AC –alimentación complementaria– son muchas las personas que creen que es
necesario empezar con papillas. Miedo al atragantamiento, tradición cultural,
desconocimiento…
No. No es necesario.
Recordemos que el objetivo de la
AC es que al año de edad, más o menos, el bebé coma lo que se come en su casa. Si los
padres comen papilla, pues entonces se hace papilla al bebé. Si los padres comen purés, pues se hace puré al bebé. Pero
la verdad es que no conozco ninguna familia cuya base de alimentación sean las
papillas y los purés. Y sólo a algunas en las que una vez a la semana, o de vez
en cuando, comen una crema de calabaza, un puré de verdura o algo con esa textura.
Cuando acostumbramos a un bebé a
tomar esas papillas, (en las que suele haber mezclas de tantos ingredientes que
es difícil apreciar el sabor de ninguno…) luego es difícil “desacostumbrarlos”.
Es cuando vienen las mamás diciendo que no consiguen que su hijo coma sólidos o
mastique, que se les hace bola, que se atragantan, que no quieren comer… Claro,
si no le dejo que pruebe los sólidos, no aprende. Sin embargo, si lo hacemos
poco a poco, como es debido, el bebé empezará a comer de todo, sólido desde el principio,
tomando purés si los padres lo toman, y un buen filete si los padres lo
toman. Aunque tenga 7 meses.
“No sé cómo hacerle la papilla”. “¿Qué
pongo en la papilla?”. “No se come la papilla” son frases muy habituales, ¿verdad?
Solución: no le des papilla.
“¿Y qué le doy?”. Dale pecho
hasta los 6 meses en exclusiva. Y a partir de los 6 - 7 meses, cuando le veas
preparado* pues empieza con arroz cocido, patata, pechuga de pollo, un plátano…
lo que sea, pero comida de verdad, no triturada.
¿Cuándo está preparado para comer sólidos?
- Cuando desaparezca el reflejo de extrusión, que es un movimiento reflejo, automático, que hace el bebé cuando se le introduce en la boca algo diferente del pecho o la leche. El bebé expulsa con la lengua la cuchara o el alimento. Este reflejo desaparece más o menos en torno a los 6 meses, uno de los motivos de introducir la AC a partir de entonces. Antes no puede.
- Cuando se mantenga sentado solo. Si lo hace es que controla la musculatura de la zona abdominal que es la que sujeta el sistema digestivo. Señal de que está suficiente maduro.
- Cuando lo pida, se le van los ojos detrás de la comida, echa la mano a coger vuestra comida, se le ve que quiere. Si lo pide, no desaproveches la oportunidad.
- Cuando sepa decir que no o mostrar signos de saciedad o apetencia.
- Recuerda que antes de los 6 meses su estómago y su sistema digestivo no debe recibir nada más que leche materna. Cualquier otra cosa, hasta el agua o las infusiones, no hacen bien al bebé pues su sistema no está preparado y además pueden traer patógenos.
¿Qué comer? ¿Qué le doy de comer
entonces a mi hijo?
Lo que quieras, lo que se coma en
tu casa. Que será distinto de lo que se coma en la casa de tu vecino. Habrá
familias vegetarianas (que suplementarán con Vit B12), habrá familias que coman
mucha carne, habrá familias que no tomen leche, habrá familias que tomen sopa,
otras donde no prueben el puerro, otras donde no entre la lechuga, otras que
aborrezcan el pescado, otras donde se coma muchos dulces… hay tantas opciones
como familias. Pero tu bebé se tiene que adaptar a la tuya. Se supone que tu
dieta es buena, y si lo es para ti lo será para el bebé. Y si te planteas que
no lo es quizá sea el momento de hacer algunos cambios.
Las únicas recomendaciones generales
a tener en cuenta son:
- Hasta el año primero el pecho, y después, si quiere, la AC.
- Introducir los alimentos de uno en uno. Mejor espaciar un poco, no empezar con un montón de alimentos de golpe.
- Tener cuidado con los alérgenos: leche de vaca, huevo y pescado. Huevo y pescado a partir del año. No es necesario empezar antes separando yema y clara ni con pescado blanco/azul. Es preferible usar huevo entero y cualquier pescado a partir del año.
- No añadir sal ni azúcar a sus alimentos.
- Y cosas obvias como tener cuidado con frutos secos, mariscos, casquería, embutidos, chuches, etc.
En próximas entradas
profundizaremos sobre el tema de la Alimentación Complementaria. De momento,
que no te agobien las papillas, que no tienes por qué hacerlas.
Lecturas recomendadas
Se me hace bola - Julio Basulto.
Ed Debolsillo.
Mi niño no me come - Carlos
González. Ed. Temas de Hoy.
Gracias
Agradecimientos
Quiero hacer constar públicamente mi agradecimiento a
aquellas asesoras que me abrieron el camino, a las que me enseñaron con su buen
hacer y su experiencia, a las que resolvieron las dudas … Si soy IBCLC es en
parte por su influencia.
A las personas que respondieron un e-mail o una llamada
cuando me encontré con las primeras zancadillas en mi lactancia.
A las personas que me inspiraron, que no todas son mujeres
ni todas son IBCLC, pero sí todas dedicaron algún instante de su tiempo para
mí.
Sé que me dejaré a muchas, pero lo intento:
Alba Padró, que alivió mi mastitis, la que en su día fue
cándidas. (Ahora sabemos que era una mastitis.) Una llamada en 2003. En 2004 calmó mis inseguridades
en un foro. En 2006 trató mi mastitis vía on-line. Y siempre estuvo ahí. Luego
fue una de mis profesoras en el curso on-line de Fedalma.
Helena Herrero, a la que escuché por vez primera en Burgos
en noviembre 2007 cuando me estaba formando como asesora principiante. Y a
quien después he podido escuchar en múltiples ocasiones, de quien he podido
aprender tantísimo, y de quien aprecio sobre manera su generosidad, pues lo que
tiene lo comparte. Gracias Helena.
Rosa Sorribas, que en 2010 vino hasta Aranda de Duero para
darnos un Curso Avanzado de Lactancia Materna. Y que siempre ha estado ahí a
través de las redes. Si Mahoma no puede ir a la montaña, la montaña va a
Mahoma.
Carlos González, que me abrió los ojos en 2003 cuando me
compré Mi niño no me come en lugar de
aquel horrible manual para hacer dormir a los niños, juntos en el estante de
aquella librería… Luego profesor en el curso de FEDALMA. Y un hombre agradable
a quien me encantó conocer en persona.
Rosa Jové que me enseñó tanto sobre el cerebro de nuestros
hijos e hijas. Un placer escucharla en 2007 la primera vez, y después profesora
en FEDALMA. Orgullosa de haber compartido mesa de trabajo y de comida con ella.
José María Paricio Talayero, también le escuché por primera
vez en el curso de 2007. (¡Magnífico curso aquel!) Y después el año pasado, ambas en Burgos. ¡Qué
magnífico señor! Profe en FEDALMA también.
Al resto de profesores del curso Fedalma, especialmente a
Ana M. Morales que con su felicitación por mi ejercicio me animó a seguir si
cabe con más ilusión de la que ya tenía.
Claudia, “mamás de febrero 2006” en aquel foro...
Me apoyó en mi andadura desde el principio.
Mª José Varona, entonces presidenta de Madres de la leche,
que me motivó para crear el grupo.
Más recientemente Maribel Matilla y Esther Esteban, que se examinaron
a la vez que yo… pero cada una en un extremo del país. Y compartimos la
angustia de la espera.
Nair Carrasco, de CEPREN-LACTARED que desde Perú fue buena
maestra. Carmen Enrique, Mari Cruz Manrique,
Patricia López, Laura Villanueva, Edurne Estévez… y todas las demás.
Seguro que me dejo a muchas…
A las asesoras (y los asesores, que también los hay) a los que he dado alguna
formación porque con sus valoraciones también aprendo y me mantengo con los
pies en el suelo.
Pero sobre todo mis gracias a las cientos de madres que me
permitieron ayudarlas y empoderarlas. Y a los cientos de bebés que me dieron su
sonrisilla preciosa en la consulta.
GRACIAS
Ahora, toca seguir aprendiendo y ayudando.
Llegar a ser IBCLC o un ejercicio de paciencia
Desde que decidí dedicarme
profesionalmente a asesorar y ayudar a las madres lactantes, son muchos los
ejercicios de paciencia que he tenido que hacer.
No es fácil tener paciencia.
Según wikipedia, esto es paciencia: La paciencia es la actitud que
lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para
conseguir algún bien. De acuerdo con la tradición
filosófica, "es la constancia valerosa que se opone al mal, y a
pesar de lo que sufra el hombre no
se deja dominar por él"
Son sinónimos de paciencia:
serenidad, resignación, conformidad, temple, aguante, estoicismo, mansedumbre,
perseverancia, sosiego, tolerancia, tranquilidad, calma, entereza, flema.
Y sus antónimos:
desasosiego, intranquilidad
Esto dice la RAE sobre la
paciencia:
Paciencia: (Del lat. patientĭa).
5. f. Resalte inferior del
asiento de una silla de coro, de modo que, levantado aquel, pueda servir de
apoyo a quien está de pie.
Me quedo con las acepciones 1, 3
y 4.
Capacidad de soportar o padecer
algo sin alterarse. ¡Pero qué difícil es no alterarse cuando deseas tanto una
cosa!!
Facultad de saber esperar cuando
algo se desea mucho. Sí deseo mucho, llevo deseando ser IBCLC desde hace años.
Un deseo profundo y bien arraigado en mí.
Lentitud para hacer algo. ¡¡Yo
no, ellos!!
¿Y por qué digo todo esto?
Porque cuando después de años de
experiencia como asesora voluntaria en el grupo de apoyo que fundé, haciendo visitas domiciliarias y hospitalarias, y atendiendo en su sede,
y después de años de formación y estudio decido presentarme a IBCLC en 2011, no
puedo hacerlo porque tengo programada una delicada operación de mi pie izquierdo
para aquellas fechas. No podía arriesgarme a que me coincidiera, y bien no
poder ir a examen sin que me reintegraran el dinero de la matrícula por
coincidir fechas, o bien, no poder ir por no poder andar. Estuve varias semanas
sin poder andar.
Paciencia. Espero otro año. Y así sigo cogiendo experiencia y me
sigo formando.
Llega 2012 y cuando voy a hacer
los papeles me frenan porque no soy personal sanitario. Ese año se cambian los
requisitos para acceder al examen, y sin ser personal sanitario se convierte en
tarea poco menos que imposible.
Pero yo lo deseo.
Paciencia de nuevo. No pienso tirar la toalla. Sé claramente lo que
deseo ser, lo que deseo hacer, dónde deseo estar, lo que me gusta hacer. Así
que con paciencia, toda la del mundo,
¡otra vez! empiezo mi formación en el campo de la sanidad para obtener titulación
y formación en esas 14 materias que exigía –exige– el IBLCE.
Y de nuevo haciendo ejercicio de paciencia consigo mis créditos
sanitarios a la vez que compagino mi familia, mi trabajo como docente y la labor
de asesoría. Fue duro.
Y por fin en 2013, después de
valorar cuidadosamente mi curriculum y no sin varias incidencias resueltas a mi
favor finalmente, consigo matricularme a examen.
Aquí tuve que volver a tirar de
la preciada cualidad de ser paciente.
Hasta el mes de abril, a finales, no me confirmaron desde Austria que podía
presentarme. Justo cuando a mi madre le diagnostican su segundo cáncer. En un
mes ingresó y le dieron un mes más de vida. En dos murió. No hace falta que
explique cómo me sentí y aún me siento. No hace falta que explique lo difícil que fue
estudiar o sacar tiempo para ello en aquellas circunstancias, cuando cada
momento libre viajaba a su ciudad para poder estar con ella unos minutos más…
Murió a finales de junio. Y el
examen era a finales de julio.
Pero otra dura prueba en el
camino: mi padre cae también con cáncer, y una depresión y tristeza infinita.
Sólo 15 días antes del examen tenemos que viajar todos a Salamanca para su
operación, que no fue bien.
Mientras tanto me extraña que no
recibo notificación alguna desde Austria, la central europea de IBLCE, con
datos concretos del examen. Es el primer año que se va a hacer por ordenador y
el primer año que no solo se hace en Madrid sino que se puede celebrar en
varias ciudades, y el primer año que hay hasta tres días para hacer el examen.
No hay noticias, ni en el correo electrónico ni en el teléfono ni el
buzón. No quiero ser pesada, impaciente,
y espero, espero y espero sin decir nada. Pero no puedo más. Finalmente después de un par de mails y de
llamadas consigo hablar con Ilse Bichler, que es encantadora y fue muy amable
conmigo. Entre inglés y francés nos entendimos. Había sido un error por parte
de la organización pues no me habían enviado el mail de aviso donde se daban
las instrucciones precisas para solicitar fecha y lugar de examen. ¡¡Ahí
también tuve que trabajar la paciencia!!
Arreglado el asunto ya sé que me examino el día 30 de julio, en Madrid.
El examen, del que no se puede
hablar, fue duro, y largo. Pero por ordenador me pareció muy llevadero. Mi paciente marido me esperó toda la
mañana, haciendo tiempo, dando vueltas por la zona.
Y tres meses después los resultados.
¿Acaso no es eso tener paciencia? ¡¡Y
bien de ella!!
A mitad de octubre empiezo a
ponerme nerviosa: “¿qué habrá pasado?” En cualquier caso ya no tiene remedio,
el examen hecho está. Pero estos tres meses sólo me acuerdo de las preguntas en
las que tuve duda o de aquellas que sé que tuve mal.
Y empiezo a visitar la web de
IBLCE. Mensaje: “please check back in late October” Al principio sólo una o dos veces al día. Pero luego
la paciencia se termina y empecé a
visitar la web en cuanto tenía oportunidad. Y al final me puse un enlace
directo en la pantalla principal del
móvil. ¡¿Obsesión?! O ¡¿Impaciencia?!
¿Será hoy? ¿Tal vez mañana? ¿Qué
quiere decir finales? ¿Finales es desde el día 25 o desde el 28? ¿O desde el 30? ¡Qué desasosiego por favor!
Pues bien, finales fue el final,
el día final. Hasta el día 31 de octubre no se cambió el mensaje en la web.
Esta vez ponía algo así como “you can access the IBLCE Registry at 3 PM
Eastern Time (Washington, D.C., USA) November 1, 2013 to determine
certification status”
O sea, resignación. Las últimas horas fueron más largas si cabe que los
tres meses anteriores juntos.
Día 1 de noviembre, festivo en
España. 15 horas en Washington son las 20 horas en España. No me pilla en mi
casa. ¡¡Qué estrés!!
Fueron minutos muy largos porque la web se colapsó.
Quiero pensar que este ejercicio de paciencia
a gran escala que llevo haciendo tanto tiempo, lo están haciendo también otras
decenas de personas en todo mundo que hoy buscan conmigo sus resultados. A las
20h38 por fin consigo ver mi resultado. Soy IBCLC. Pero hay que esperar los
resultados oficiales que llegan por carta “en los próximos días”.
¡Vaya! ¿Cuándo es eso? Calma, sosiego, paciencia de nuevo… Pienso
que quizá el lunes 4 esté ya el correo. Y ese día voy a trabajar hasta con angustia y una mezcla de inmensa
alegría. Pero no lo quiero hacer público hasta que no tenga mi credencial. ¿Os
imagináis de verdad cómo se te pone el cuerpo en una espera de tal calibre?
Martes, miércoles, jueves, viernes, y nada. Esto ya es angustia. Siguiente
semana, el lunes recibe mi compañera de estudios de Barcelona, Maribel Matilla su diploma… uf, se me ponen los
dientes largos. El martes mi compañera Esther Esteban, de Amamanto, recibe el
suyo. Ella está en Miranda. Las cartas entran por el norte, ¿no? Ya no sé qué
pensar. Miércoles, nada. Jueves, nada. Viernes, ¡tampoco! ¡¡Dos semanas ya!!
Espero y desespero. Ese sábado operan a mi marido. Mi padre continúa muy
enfermo. Y yo estoy ya saturada de preocupaciones como para soportar esta otra
espera.
Y por fin el lunes 18 de
noviembre de 2013 me llega la deseada carta. Justo el día que me confirman que
a mi padre le quedan unos días de vida…
La espera ha sido eterna... ¡¡¡Son muchos días!!! Una espera tan larga como cuando mi hija pequeña quiso nacer 3 días
después de su FPP, fecha en la que yo había depositado todas mis esperanzas.
Toda esta historia ha puesto a
prueba mi paciencia. ¿No creéis?
¿Acaso no pondría a prueba la de
cualquiera?
Y lo peor, es que no sé si me
queda cuerpo para celebrarlo, después de tanto esfuerzo, dadas las duras circunstancias...
Edito el día 3 de diciembre de 2013. Mi padre falleció el miércoles pasado, 27 de noviembre, sólo 9 días después de recibir mi nota. Y 5 meses después del fallecimiento de mi madre. Días difíciles...
Otras formas de dar la leche al bebé sin usar biberones
Es difícil desplazar
el biberón en nuestra sociedad en la que automáticamente se relaciona a los bebés y los lactantes
con esa imagen, y si no mira cómo se anuncia un sillón de lactancia en una
tienda de puericultura de mi ciudad.
Cuando te quedas
embarazada enseguida te regalan biberones y chupetas, o los compras pensando
que igual los necesitas. Nada más lejos de la realidad. A no ser que de
antemano hayas decidido (sabiendo los riesgos)
no dar el pecho, no deberías acordarte siquiera de que existen esos artilugios.
Si una vez atendida
por un buen profesional de lactancia, (una IBCLC o una buena asesora, o un pediatra o
matrona con actualización en lactancia) fuera de recibo dar complementos al
bebé, hay maneras de hacerlo.
Primera opción: leche
de la propia madre. Extraída previamente claro.
Segunda opción: leche
de donante (hablaremos de ello en otra ocasión) o de banco de leche.
Tercera opción: leche
artificial o llamada leche de fórmula.
Estos complementos
puedo darlos de muchos modos, pero cuando no queda más remedio que darlo en
bibe ya os expliqué aquí que es mejor con método kassing.
Este método sí usa
biberones, pero con ritmo controlado. Ya lo vimos aquí.
Está también la
opción CALMA de Medela. Que como al fin y al cabo sigue siendo un biberón,
mejor haciéndolo con la técnica de Kassing o ritmo controlado.
El Biberón con tetina
CALMA se anuncia como que tiene la longitud correcta (pues el pezón se alarga
hasta el doble de su longitud cuando el niño mama). Lo bueno que tiene es que
la leche no fluye automáticamente sino que el bebé tiene que esforzarse para
obtener la leche haciendo el vacío. Es el lactante quien regula la velocidad
como haría en el pecho, permitiendo una succión-deglución-respiración
correctas. Si lo pones boca abajo no gotea, ni siquiera apretando la tetina,
hay que succionar para que salga la leche.
Esta tetina puede
requerir un poco de paciencia, sobre todos si el bebé ya probó otras tetinas. A
mí personalmente no me gusta nada, pero reconozco que sobre todo para abuelas
(cuidadoras cuando la madre no está) que en su día no lactaron y que son
reacias a dar la leche con otros medios, es una buena solución. Y en guarderías
lo aceptan bien.
Los padres y los
cuidadores contratados en casa suelen estar más abiertos a otros métodos cuando
es la madre quien lo indica. Muy a menudo veo que las guarderías sobre todo no
quieren –o no pueden por falta de tiempo y exceso de bebés– usar otra cosa que no
sea biberón.
Así que, sin usar biberones, estos son
los métodos para complementar:
Otras formas que no
requieren ni biberón ni tetina. Y que son más sencillas, económicas y
respetuosas:
1.- Vasito.
Es increíble ver lo
bien que beben la leche los bebés de un vasito, incluso los prematuros. Me
gusta enseñar a las madres vídeos de otros bebés haciéndolo, porque se quedan
maravilladas. Y más las abuelas. Si están en la consulta y hemos decidido
probar con el vaso, hacemos extracción manual y probamos con unos mililitros.
Esto da mucha tranquilidad a la madre porque le demuestra las habilidades que
tiene su bebé y satisface al bebé, que cuando hemos llegado a esta situación
suele ser por hambre.
Es un método simple,
que evita la confusión. No confunde aunque tampoco estimula la succión. Pero es
válido para los primeros días, no a largo plazo. Es un método útil, simple,
práctico y bajo de costo, aunque pasivo.
Y cuando son más
mayores y te reincorporas al trabajo remunerado, la leche que te saques que la
beba en vaso, en vaso normal. El primer día derramará algo, pero enseguida
dominará la técnica. Y así te saltas el paso por los biberones, que NO es
obligatorio como mucha gente piensa. Un niño de pecho no tiene por qué tomar un
biberón nunca.
2.- Cucharilla /
recipiente cuchara.
La cuchara es útil
para el calostro los primeros días. En las consultas hospitalarias ayuda
a las madres a extraer el calostro y dárselo al bebé. Para bebés muy
adormilados o que les cuesta cogerse al pecho.
El uso de la cuchara
es transitorio, hasta que se agarre al pecho. Sólo puede hacerse con cantidades
pequeñas, y es un proceso lento.
Luego, más mayores,
hay métodos que se parecen a la cuchara. Por ejemplo el Soft Cup de
Medela, o cualquier biberón cuchara del mercado. Estos son más rápidos y
eficaces.
3.- Jeringa dedo o sondas:
Reconozco que son mis
preferidos. Llevo años comprobando cómo funciona y lo bien que lo admiten las
madres y sus hijos.
Consiste en una
jeringuilla, generalmente de 20 ml, con un dispositivo finger–feeder. Puede
hacerse sin él, pero es preferible para alargar la cánula de la jeringa y
además es más blandito que la jeringa por si sin querer rozamos la boca del
bebé.
Está indicado para
estimular la coordinación succión/deglución con respiración. El bebé ejercita
los músculos linguales. Sirve para reeducar la succión. Y el bebé relaciona su
esfuerzo con la obtención de leche, igual que ocurre al pecho.
Este método es válido
para la suplementación a largo plazo.
4.- Sonda sin agarre al
pecho:
Sería un poco lo
mismo, pero en lugar de finger-feeder hay sonda. La sonda va a un
recipiente donde está la leche y se une al dedo. Igual que el método anterior
reeduco la succión.
5.- Sonda con agarre al
pecho, o relactador.
Volvemos a lo mismo,
pero aquí el bebé succiona el pecho y obtiene la leche del recipiente al que
esté conectada la sonda y además del pecho. Puede que la madre aún no tenga
leche o esté tratando de aumentar su producción después de algún problema.
Válido para inducción de lactancia en casos de adopción por ejemplo, siempre
que el bebé no haya perdido su reflejo de succión. Es ideal porque si el
bebé sabe succionar, estimula el pecho a la vez que asegura la transferencia de
leche.
Hay relactadores que
se venden tal cual, o se puede hacer uno casero con una sonda que te vendan en
farmacia o te den en un centro de salud u hospital si tienes contactos. La
práctica me dice que en las farmacias es harto difícil conseguir las sondas. Yo
trabajo con sondas que me dan las matronas del hospital.
Para elegir el medio
para suplementar consulta con tu asesora o con tu IBCLC más cercana. Ella te
ayudará a valorar qué método es mejor en tu caso. Hay que considerar tus
preferencias, tus expectativas, la cantidad que hay que darle, durante cuánto
tiempo, el coste…
ACLARACIÓN: la leche de vaca es uno de
los mayores alérgenos. (También lo son el huevo, el pescado y marisco, y los
frutos secos.) Aclaro que la leche de bote o leche de fórmula o leche infantil
tipo 1 (y tipo 2 y la leche tipo 3), o como la queramos llamar, es LECHE DE
VACA, a la que le quitan y le añaden
componentes para tratar de que sea en algo parecida a la materna, aun sin
conseguirlo claro. Es que hay muchas personas que no se han dado cuenta aún de
que la leche que no es materna, por
mucho que sea para niños, no es la leche de su especie, es leche de vaca y como
tal muy alergénica.
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El biberón de la noche
Muchas personas lo llaman el “biberón
de ayuda”. Otras el “biberón de refuerzo”
o “biberón de apoyo”. Se trata de un biberón que se da a un niño que en
principio toma pecho, y que la mayoría de las veces es de leche artificial. “Le
ayudo con un biberón”, me dicen muchas madres cuando llegan a la consulta. Y
llegan las más de las veces porque notan que no tienen suficiente leche y/o que
su bebé parece no tener bastante con el pecho.
Muchas de estas mamás han salido
del hospital ya con ese biberón. Otras lo han ido incorporando los primeros
días en casa, bien porque se lo ha comentado otra madre (a veces la propia
madre, la suegra, la hermana… o cualquier vecina o familiar que haya sido madre
antes) o bien porque es el propio pediatra quien se lo ha recomendado.
Este biberón de ayuda* mina la confianza de la mujer en producir leche
suficiente, y en el estado emocional que está una nueva madre, sobre todo las
primerizas, nos creemos todo lo que nos
cuentan… Estamos dudosas, tenemos miedo, respeto, no sabemos si vamos a saber
hacerlo bien… ¡¡De pronto soy una mamá!!
No falla la madre, falla el
sistema.
Si sabemos cómo funciona la
lactancia, el funcionamiento fisiológico del pecho, entenderemos mejor las
cosas. Resumiendo mucho diremos que se produce leche según se demande, es decir:
a más demanda, mayor producción. Si pongo a mi bebé al pecho 10 veces en un día
voy a producir bastante más leche que si sólo le pongo 6 veces. Y ahí está la
clave.
No necesitas el biberón de la noche*. No. Si notas que el
bebé quiere más, le vuelves a ofrecer el pecho. Cuando una madre que opta por no
dar pecho da el biberón a su bebé, si éste se queda con hambre le prepara otro
biberón ¿no? Pues con el pecho es igual: si le das el pecho y notas que se queda
con hambre, le vuelves a dar el pecho. Porque la naturaleza es sabia y el cuerpo
funciona muy bien (salvo raras excepciones) y producirá más cantidad si nota
que hay más demanda.
El problema de ofrecer ese
biberón esporádico es que puede crear confusión al bebé puesto no que es igual
la forma de mamar un pecho que la de succionar un biberón, las posturas son
distintas, los músculos implicados son usados de distinto modo. Hay niños a los
que esto no les crea problema alguno, pero son los menos. Dar biberón conlleva unos riesgos.
Y el segundo problema pero para
mí el peor, es que ¡¡se tarda dos semanas en restablecer la flora intestinal
después de una sola toma de leche artificial !! No dar leche humana, tiene unos riesgos.
Pero si una madre me dice que le
da ese biberón porque cree que no tiene leche suficiente, habría que mirar por
qué lo cree. Yo creo en la lactancia, pero creo en las madres: si la madre
piensa que hay un problema, veamos por qué y cómo resolverlo.
Muchas veces es solo falta de
información o interpretación errónea de lo que se supone que es normal. La
mayoría de las veces es postural. Y luego están los dichosos frenillos. Algunas
enfermedades. Pero para todo hay remedio.
La pena es cuando no están
seguras pero tampoco piden consejo o ayuda a los especialistas en la lactancia.
O cuando los consejos, aunque bien intencionados, son erróneos o vienen de
quien realmente no sabe del tema.
Si tengo un problema muscular,
voy al fisioterapeuta. Si es de huesos, al traumatólogo. Si de dientes, al
especialista… Y así un montón de especialidades. Pues bien, si tengo un
problema con la lactancia acudo al especialista de lactancia, que NO suelen ser el
pediatra o a la matrona, es la Consultora IBCLC – que puede que también sea pediatra o matrona, pero no
siempre es así –.
Como digo, no es necesario ese
biberón de la noche en la gran parte de los casos. Pero si de verdad tuviera
que darle leche “de ayuda” a mi bebé, se la puedo dar de otro modo que no sea con biberón, y puede ser leche extraída y no de fórmula, o quizá donada, de
banco… Siempre hay opciones.
Porque un biberón suele ser el
camino de otro, y el principio del fin de la lactancia.
Nota: no ilustro con fotos de niños tomando biberón porque ese no es el modo normal de alimentarse.
Asesoras del futuro
Están mis hijas tan implicadas con la ayuda a las madres lactantes que creo que serán buenas asesoras.
Aunque en el fondo me gustaría que la promoción a la lactancia y la formación de los profesionales fuera tan realmente eficaz estos años que cuando ellas sean mayores no tenga que existir la figura de la asesora de lactancia. ¿Es un sueño?
Mientras aquí dejo una muestra de cómo lo ven ellas. La pequeña hizo ayer este dibujo:
Y la mayor hace años, cuando tenía 5 años, así lo veía:
Lactancia en el cine
Caminaba por la calle el otro día con mis hijas cuando un hombre conocido de mi marido se me acercó para darme una foto.
Había encontrado en el diario El Norte de Castilla, hacía semanas, un fotograma de una película de Buñuel del año 1932 titulada Las Hurdes, tierra sin pan.
Y como la foto elegida por la publicación era de lactantes, se acordó de mí y la guardó en su bolsillo.
Me hizo gracia, qué simpático el señor... Eso es bueno, pensé, llevamos años trabajando por la lactancia en Aranda de Duero y ya saben quienes somos y qué hacemos...
Esta es la foto que apareció en el diario.
Le agradecí el detalle, y al llegar a casa quise investigar sobre la película. Se trata de un documental de poco menos de media hora en francés. Pero la foto en cuestión no es de dicha película y no he podido encontrar de cuál. Se puede ver aquí.
Sin embargo en el documental sí encontré este otro fotograma
En fin, una anécdota más...
De cómo se aborda la lactancia en el cine actual, hablaremos en otra ocasión.
Relacionado:
Lactancia en la tele
La planta que era una teta
Me llega esta mañana un mail con unas fotos curiosas y una brevísima información.
Esta es la foto primera
Realmente parece un pecho. Me fijo un poco y veo una marca, quizá de un sujetador apretado o tal vez una camiseta.
Pero la breve información del mail dice que se trata de una rara planta de Vietnam, un cítrico en concreto.
Mira las fotos
Pero mi mente científica me hace preguntarme cómo es posible que lleve tantos años hablando de tetas a las madres y estudiando la lactancia y que nunca hasta ahora haya conocido la existencia de esta planta... No cabe en mi cabeza.
Hombre, todo no lo puedo saber evidentemente, por eso me sigo formando, pero ¿de dónde ha salido esto? Así que me tiro un rato investigando hasta que doy con la solución. Todas las fotos que hay en la red, que son pocas, son las mismas, mismo enrejado. Me hago un estudio de los cítricos mundiales, una búsqueda exhaustiva y al final encuentro que es un tipo de calabaza pintada de esta forma expresamente, para decoración en un café en la ciudad de Hanoi.
Otro Hoax de esos que circulan por ahí.
Pero ¿a que mola? ;-)
Quiero ser asesora de lactancia
Quizá cuando fuiste mamá tuviste un problema y una asesora te ayudó a encontrar la solución. Quizá después te ha gustado esto de la lactancia, has leído, has visto a otras madres y has sentido esa necesidad de compartir lo que has ido aprendiendo con tu maternidad.
Quizá te ha picado el gusanillo y te planteas empezar a formarte como asesora. Quizá tienes ya muchos conocimientos sobre lactancia pero no sabes cómo aplicarlos directamente...
Te ofrecemos la posibilidad de hacer un curso eminentemente práctico sobre asesoría de lactancia. Cómo atender a una madre cuando viene al grupo o cuando hace una consulta, qué veo que la madre no me dice, qué hay detrás de todo... Y una vez identificado el problema, lo veo claro, pero ahora cómo le ayudo a resolverlo, qué le digo, qué hago... Cómo hago para que no se sienta mal y el problema se solucione...
Seguro que te has planteado estas preguntas, ¿verdad?
El curso surge debido al interés -y a la necesidad de actualización y formación-. Muchas madres y algunos profesionales de la salud me preguntan: "quiero ser asesora, ¿qué tengo que hacer?" Evidentemente hacer un curso no te convierte en asesora de forma automática, pero por algo se empieza. Y al ser práctico los supuestos y casos clínicos ayudarán a saber cómo actuar de un modo práctico y ameno.
El curso se celebrará el sábado 23 de noviembre de 2013, en Aranda de Duero. Incluye documentación, certificado de asistencia, diploma acreditado para las profesiones sanitarias, y la comida de trabajo. Tendrá una duración de 9 horas lectivas y está acreditado con 1,8 créditos por la Comisión de Formación Continuada de las profesiones sanitarias.
Las plazas son limitadas. Se reservan por riguroso orden de inscripción. 65 euros no socias. 50 euros para socias de Lactaranda.
Inscripciones en asesoradelactancia@hotmail.com, o en lactaranda@hotmail.com y en 625.38.49.95
Hiperplasia suprarrenal congénita
Consulta
una madre, bebé de un mes, sobre la toma de galactogogos.
En
el hospital al nacimiento no tuvo el apoyo necesario y al alta llegó a su casa
con biberones de leche artificial además de alguna toma de pecho.
Sufrió
una mastitis, probablemente debido a la falta de drenaje de las mamas por la interferencia
de los biberones. Quizá una dificultad oral en el bebé. No tengo esos datos.
La
madre contrae una infección de garganta y le recetan antibiótico. Curioso,
porque el antibiótico recetado le hubiera valido para curar la mastitis además
de las anginas, pero la recomendación de su médico fue dejar el pecho alegando
incompatibilidad, (cuando sabemos que casi todos los medicamentos son
compatibles con la lactancia). Así que la madre decide dar leche artificial
mientras dura su tratamiento antibiótico, y dejar el pecho.
Pero
24 horas después el bebé comienza a vomitar en todas las tomas y se deshidrata.
Se le ingresa de urgencia. Y es allí cuando se le diagnostica al bebé hiperplasia
suprarrenal congénita. Probablemente la leche artificial en este caso haya
ayudado al diagnóstico precoz. Se le empieza a medicar y el bebé vuelve a estar
bien. A la madre aquí sí le dice que puede volver a lactar aún con el antibiótico
y ella retoma su lactancia, ya muy perjudicada. Además de ofrecer el pecho
empieza a estimularse con un extractor para intentar aumentar su producción. Y
estando en este paso el bebé sufre de muguet en la boca, y vuelven a decir le a
la madre que no dé pecho. (De nuevo otro error del médico). Con el muguet
curado vuelve a la lactancia. Continúa con la extracción pero cada vez saca
menos, y es cuando se plantea el uso de galactogogos y es aquí cuando llega a
mi consulta.
Ha pasado un mes desde que tuvo a su primer
bebé. Y sólo ha tenido zancadillas en cuanto a la lactancia, además de una preocupación
tremenda por la salud de su hijo, que padece una enfermedad que lo será de por
vida, y ha recibido informaciones contradictorias, error tras error. ¿Cómo
puede encontrase esta mamá? ¡Qué duro! Pero las mujeres, las mujeres-madre,
sacamos fuerza de donde sea para salir adelante.
Finalmente esta mamá no ha necesitado galactagogos,
que era su consulta original. Los procesos infecciosos de mastitis y anginas curaron
con el antibiótico adecuado. El muguet del bebé también. El bebé recibe su
medicación para la hiperplasia suprarrenal congénita. Pero su lactancia sigue con
éxito. No está contraindicada, al revés, en los casos de bebés con esta enfermedad,
la evolución siempre ha sido mejor en niños amamantados.
Para saber más:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hiperplasia_suprarrenal_cong%C3%A9nita
http://www.eurospe.org/patient/Spanish/average/CAH%20average%20spanish-corr.pdf
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