viernes, 8 de septiembre de 2017

"El marido incrédulo"

A veces te encuentras en situaciones que se salen de lo corriente o te llaman la atención por lo extrañas. Surrealistas, extravagantes, curiosas, singulares, atípicas o cuando menos raras…

Pasa de vez en cuando pero no por ello dejan de sorprenderte.

Este es el caso del "marido incrédulo", y quien dice marido dice pareja, o puedes decir abuela, hermana, cuñada, amiga… Pero yo me he encontrado más a menudo maridos. Maridos incrédulos. Que vienen a la consulta acompañando a su señora esposa y desde antes de empezar a hablar (yo) ya están diciendo que no se creen nada de lo que les voy a contar.

¿Cómo? ¿Para qué vienes entonces?

El marido incrédulo viene ya con actitud cansada, derrotista. Se acomoda en el sofá de la consulta quitando incluso sitio a su sufrida mujer que lucha consigo misma para conseguir que su recién nacido se enganche bien. Se repanchinga en el sofá, a veces rebatiendo cada cosa que digo, o cada frase de su mujer. A veces con el móvil en la mano y soltando suspiritos de aburrimiento absoluto. A veces reclinando la cabeza como quien no quiere la cosa, cada vez un poquito más atrás… hasta que ¡¡anda, se ha dormido!!  Y la esposa, avergonzada, le despierta y me pide disculpas…

Yo siempre les disculpo, entiendo que los pobres están muy muy cansados…

El marido incrédulo va minando poco a poco la escasa confianza que le queda a su mujer, que ha venido a mí buscando ayuda casi a la desesperada y como último recurso después de haber intentado ayuda en pediatras o matronas un poco desfasados.

A veces no mina la confianza de la mujer sino que simplemente pone palabras a lo que probablemente también anda ella pensando. Que sí, a veces pasa. Ya os lo conté aquí, cuando dicen que sí pero quieren decir no.

Yo hago mi trabajo, lo mejor que puedo y sé, como siempre intento que sea. Intentado que sus comentarios suenen absurdos por sí mismos…

El marido incrédulo
El marido incrédulo
Y ya está, se acaba la consulta, me pagan. Y sé que esa pareja no va a lactar casi seguro. Ojala me equivoque. Pero cómo lo va a conseguir si no quiere conseguirlo en el fondo. O si sí quiere conseguirlo, ¿cómo lo va a lograr con el marido incrédulo al lado…? ¡¡Eso es añadir otra dificultad más!! ¡¡¡Si tiene el enemigo en casa…!!

Y entones vuelvo a casa hecha polvo, y hablo con el sabio que vive conmigo y me aguanta desde hace años. Y me da una respuesta clara cuando pienso y me pregunto en voz alta: "¿para qué vendrán…?"

-"Pues hija, igual que el que paga para dejar de fumar, y no lo deja. Igual que el que paga para bajar de peso y se salta la dieta."



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sábado, 2 de septiembre de 2017

¿Por qué no hay que dejar llorar al bebé para dormir?

No hay que dejarles llorar ni para dormir, ni para otra cosa, ni por otro motivo. Cuando veo / oigo llorar a un bebé me pongo mala. Y mi instinto me dice que vaya corriendo a cogerlo y salvarlo y mimarlo. Pero si el bebé no es mío, (y precisamente ahora bebés, lo que se dice bebés, no tengo) no puedo hacerlo… 

Pienso en mí como adulta, que soy bastante llorona la verdad. ¿Qué pasa cuando lloro? Que me gusta que mis seres queridos traten de consolarme, me mimen, intenten calmarme o averiguar qué me ocurre. Y si lloro porque necesito llorar, ("a veces pasa"), se queden conmigo para que llore en su hombro, para llorar acompañada. O secarme las lágrimas. U ofrecerme un pañuelo. Y para acabar sacándome una sonrisa. 

Y entonces sigo pensando, ¿por qué ese bebé llora solo? ¡Y no lo soporto! ¡Me da una pena inmensa!  
En consulta veo llantos, por supuesto. Normalmente son bebés con hambre o desespero porque no saben o no pueden sacar leche debido a problemas de la mamá o problemas propios (por una grieta, una anquiloglosia, una hipoplasia…) Yo trato de ayudarlos y buscar el problema, es mi trabajo. Y dejan de llorar. 

Pero en la vida, en general, fuera de la consulta, veo llorar también a muchos niños, algunos más cercanos que otros obviamente. ¡Y cómo duele ese llanto! 

Los peores creo que son los llantos debidos al adiestramiento del sueño. ¡Qué horror! Esa típica frase de "tiene que dormir porque le toca", o "tiene que dormir X horas", o "tiene que dormirse ahora porque es la hora de la siesta", o "se tiene que dormir ahora porque luego no va a haber quien le aguante"… 

Los métodos de adiestramiento del sueño son esos métodos que, por desgracia siempre hay alguien que te recomienda y te dirá que a ellos les ha ido bien, que consisten en dejar llorar al bebé para que aprenda a dormirse solo. Dejan llorar al bebé un determinado número de minutos, con unas pautas temporales determinadas. 

Seguro que el que conoces es el famoso método acabado en VIL. Es que no quiero ni decir su nombre… Que ni siquiera es suyo, es una copia de otros, todos conductistas. Lo peor que he oído hasta ahora fue una mamá que aplicaba dicho método, que me comentó que su hijo estuvo llorando 54 minutos. ¿¿¡¡54 minutos oyendo llorar a tu hijo!!?? ¿Pero no se te rompen las entrañas? De verdad que no puedo… 

¿Qué le pasa a esta sociedad que le parece normal que un hijo llore en soledad durante 54 minutos? 

Físicamente, cuando se produce una situación estresante, nos sube la adrenalina y el cortisol (que son hormonas del estrés). Un niño que se siente solo, a oscuras, sin papá ni mamá, fijo que siente estrés. En ese caso le suben el cortisol y la adrenalina, suben tanto que van a parar al sistema límbico, que es la parte que regula nuestras emociones en el cerebro. Y entonces la amígdala cerebral queda completamente colapsada, porque con tanto cortisol y adrenalina entra en estado de shock. Conforme se colapsa la amígdala, se va colapsando también el área de Broca (que es el área del lenguaje) que se queda totalmente afectada (lo vemos en adultos en estado de shock, un accidente por ejemplo, que les cuesta mucho entender lo que se les dice y les cuesta mucho responder). 

Con los niños pasa lo mismo. En esos momentos no pueden entender lo que se les dice porque tienen el área de Broca anestesiada, por lo tanto en ese momento frases del tipo “cariño, tranquilo que papá y mamá te están enseñando a dormir" no valen para nada porque no las entienden. Además, el cortisol es tóxico a nivel neuronal, o sea, que mata neuronas. Y por tanto, nuestro cerebro, con una adrenalina elevada y un cortisol muy alto sufrirá mucho. Y como la naturaleza es sabia, para parar ese proceso tan terrible lo que hace es secretar opiáceos, que en los humanos son otras hormonas, las endorfinas (la serotonina es la más conocida). 

Entonces si tenemos un niño cansado, que además ha estado llorando, y que tiene un subidón de opiáceos, claro que al final se duerme, pero no porque haya aprendido a dormir, sino porque está auto-drogado. Si cada día se repite el mismo proceso, al final llega un momento en que entiende que por mucho que llore nadie le va a hacer caso… ¡qué triste! Eso es lo que hacen esos métodos de adiestramiento del sueño. Cuando se han acostumbrado a esto, no lloran (por eso alguno padres dicen que sí funciona, pero no saben lo que está pasando en su cerebro). Pero que no lloren no quiere decir que no tengan miedo. 

Por otra parte, cuando tenemos el cortisol alto y la serotonina alta, se produce el vómito con facilidad. En ese tipo de métodos nos dicen que los niños vomitan para llamar la atención. O que nos manipulan. No es así, es la prueba física de que están en estado de shock. Esto en adultos lo vemos por ejemplo cuando tenemos un shock fuerte que nos dan arcadas y ganas de vomitar. No lo haces porque quieres. El niño tampoco, no vomita porque quiere, vomita porque ya ha entrado en shock. No te está manipulando. 

Estos métodos además tienen graves secuelas como trastornos de la conducta afectiva, se vuelven más fríos o agresivos; les cuesta más aprender; algunos sufren estrés post-traumático o tiene aversión a su cuna o cama; a veces tienen depresiones; muchas otras veces cursan con hiperactividad; ansiedad… Si queréis profundizar hay muchos estudios al respecto. 

En cualquier caso, pienso firmemente que nunca hay que dejar llorar gratuitamente a un niño (ni a un adulto). Sea a la hora de dormir, o en cualquier otra circunstancia. Si un bebé llora, es que algo le pasa, y aún no sabe hablar, es la única manera que tiene de decírnoslo. Las lágrimas de un bebé por sí mismas ya son suficiente motivo para cogerlo en brazos. 

Además es que acabas antes cogiéndole y dándole un mimo, (que se va a calmar en cuanto lo cojas porque es lo que necesita), que esperando minutos y minutos a que calle.

Todos los bebés necesitan sentir a su madre cerca, su calor, el sonido de su corazón, su olor, su abrazo durante los primeros meses. 

No hay que enseñar a dormir, como no hay que enseñar a andar, como no hay que enseñar a hablar... porque cuando esté preparado lo hará según su propio proceso evolutivo normal. Todos acaban durmiendo, hablando, andando, controlando esfínteres... A nadie se le ocurre enseñar a hablar a un bebé a los 3 meses, porque sabe que no es el momento. Pues igual con el sueño, no fuerces, que también llegará el momento.

Anna Freud decía: “Mantener un contacto íntimo con el cuerpo de otra persona mientras se concilia el sueño es una necesidad primigenia y connatural a todo niño… La necesidad biológica del lactante de la presencia constante del adulto que lo cuida, ha sido completamente ignorada en la cultura occidental donde se expone a los bebés a largas horas de soledad, debido a la idea errónea de que es más saludable que los pequeños duerman … solos”. 

Y para terminar os dejo con una respuesta del pediatra Carlos González a una mamá preocupada porque su bebé no dormía sola y decía así: 

" -...Finalmente, la situación ha degenerado y prácticamente dormimos juntos los tres durante toda la noche (ella, mi marido y yo)." 
"- Hola. Eso no es degenerar, eso es normalizarse. Los niños pequeños necesitan dormir con su madre. Eso es lo normal. Hacia los tres o cuatro años suelen aceptar el dormir solos si se les pide educadamente (aunque, por supuesto, ellos preferirían seguir durmiendo con su madre hasta los 10 o 12). Es muy importante que aprendan desde pequeñitos a dormir acompañados, porque así es como solemos dormir los adultos. Imagínate que no aprende a dormir con otras personas, y que cuando sea mayor no se quiere acostar con su marido. ¡Sería terrible! ¡No la conseguirías casar! ¡Tendríais que aguantarla en casa toda la vida! (o meterla monja...) De todos modos, si encuentras que tres en la cama es demasiado incómodo, habrá que sacar a alguien. Se puede usar un criterio de antigüedad (que se vaya quien más tiempo lleve durmiendo en tu cama), un criterio de maduración (que se vaya el más maduro), un criterio de espacio (que se vaya el que haga más bulto), un criterio de contaminación sonora (que se vaya el que ronque más fuerte), o un criterio operativo (que se vaya el que menos llore al sacarle de la cama). Me temo que todos los criterios apuntan hacia tu marido... :-) Saludos, Carlos González"

Bibliografía: 

  • Dormir sin lágrimas. Rosa Jové. 
  • Bésame mucho. Carlos González 
  • Felices sueños. Elisabeth Pantley 
  • Tu hijo dormirá y tú también. W. Sears 
  • Dormir con tu bebé, guía para padres sobre el colecho. McKenna Crianza Natural 
  • El sueño del niño de 2 a 6 años. Elisabeth Pantley 
  • La siesta hasta los 6 años sin lágrimas. Elisabeth Pantley