viernes, 28 de octubre de 2016

¿Qué hay entre pediatra y matrona?

No sabes muy bien a quién consultar las dificultades que, a veces, se pueden encontrar cuando acabas de ser madre. En ocasiones aprovechas la visita al pediatra para decirle que tienes grietas o que te duele el pecho. Pero el pediatra, salvo comprobar el peso de tu bebé, no te mira el pecho ni te indica cómo solucionar las grietas. Y si lo hace, no es esa su función. Y es más, a veces, si lo hacen es dando malos consejos como la aplicación de cremas o ungüentos. O lo peor del caso, si el peso no va como espera, te recomienda un biberón de leche artificial. Pero esa no es la solución. Tú tienes leche. ¿Por qué darle otra?

¿A dónde voy a preguntar?
Pasan los días y aprovechas a visita a la matrona post-parto. Si la tienes, pues no en todos los lugares se lleva a cabo. Con suerte, la matrona tiene más de 10 minutos para atenderte y además de revisarte los posibles puntos de episiotomía o cesárea, te pide que pongas al niño al pecho y quizá te ayude con la postura. No todas las matronas están puestas al día en lactancia, eso lo sabemos bien. Hay matronas que aún parece que estuvieran en contra y sólo recomiendan consejos obsoletos (como las cremas, las mezclas de alcohol…etc.) o de nuevo incluso el biberón ese mal llamado “de ayuda”… Aunque afortunadamente cada vez más se preocupan y se forman y actualizan en lactancia. Algunas incluso llegan a ser IBCLC. Conozco a muchas matronas estupendas.

Así que sigue pasando el tiempo y resulta que tienes una visita postparto con tu ginecólogo, en torno a los 40 días, una vez pasada la cuarentena. Probablemente en esa visita te ofrezca un método anticonceptivo, quizá ponerte un DIU, etc. O quizá “te dé permiso” para reanudar las relaciones sexuales (¡¡cómo si fuera él quien mandara sobre ti!!! –eso daría para otra entrada…–). Bueno, a lo que voy. Quizá en esa visita te pregunte cómo lo llevas y le puedas decir que te duele el pecho, o que tienes grietas. Y si está bien informado, igual te da un buen consejo, pero no es lo más probable y además en esa visita no es esa su función. Con lo cual sales de la consulta más o menos como entraste.

Entonces, ¿qué hago? ¿a quién  pregunto?
¿Quién está entre pediatra y matrona? Está el IBCLC o especialista en lactancia. Por desgracia ni todos los pediatras ni todas las matronas saben de lactancia, aunque te parezca extraño, pero es así. Por eso estamos los IBCLC, para resolver, ayudar y guiar a todas las madres lactantes que tengan dudas y/o problemas con su lactancia. Desde los primeros días hasta años después cuando llegue el destete. Desde incluso antes de nacer el bebé.

Desde la asociación de IBCLC se lucha para que se incluya esta figura en la seguridad social. Pero de momento, no lo está. Entendemos por eso que haya madres reacias a pagar por una consulta. Pero se trata de una consulta profesional con un especialista que puede suponer la diferencia entre salvar o no tu lactancia.

¿Qué precio le ponemos a eso, a la salud actual y futura de tu bebé y tuya?


¿Quién está entre matrona y pediatra?  
Los IBCLC. Una IBCLC (la mayoría somos mujeres, pero también hay IBCLC hombres) es el único profesional de la salud que posee los conocimientos y habilidades necesarios para proporcionar ayuda cualificada profesional sobre lactancia materna. Especializados en el manejo clínico de la lactancia materna. Esta figura surge de la necesidad que hay en la sociedad actual de llenar ese vacío entre pediatra y matrona.   
Pasando consulta.

viernes, 14 de octubre de 2016

Entrevista Cadena Ser

Dejo entrevista realizada esta mañana en la Cadena Ser a propósito de la charla gratuita que doy  mañana sábado 15 de octubre:

 Planificar la vuelta al trabajo: extraer y conservar la leche materna. 
Trucos y estrategias para seguir amamantando cuando vuelves al trabajo remunerado. 

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martes, 4 de octubre de 2016

El frenillo labial

El frenillo labial también existe y se habla poco de él.

En algunos casos puede hacer que la lactancia no vaya bien porque el labio superior no puede hacer correctamente el sello con el pecho. Tener el frenillo labial más o menos grande puede interferir con la movilidad y la función normal del labio. Para cualquier acto en que se utilicen los labios: alimentación y habla. En nuestro caso nos compete por la lactancia, obviamente, alimentación primera y más importante del ser humano.


Al igual que clasificamos los frenillos linguales, este frenillo también puede ser catalogado en distintos tipos según su punto de inserción. El doctor Kotlow, dentista pediátrico (odontopediatra)  los ordena así:

Clasificación del doctor  Kotlow

Es frecuente que si hay frenillo lingual veamos también uno labial.

Estéticamente se produce un gran diastema que suele arreglarse luego con ortodoncia dado que se considera, digamos, "feo". Aunque hay quien sabe sacar partido de ello, como las modelos Lara Stone o Georgia May Jagger.  

Diastema incisivos superiores

Pero volvamos a lo nuestro, ¿por qué a veces influye en la lactancia y otras no?

Porque cada diada madre/bebé es un mundo. Hay pechos más dúctiles y maleables, pezones que se estiran más o menos y madres que tienen el umbral del dolor más o menos alto/bajo. Bebés con más o con menos peso y tamaño al nacer, bocas más grades o más pequeñas, bebés más hábiles o menos hábiles. Y por lo tanto puede haber muchos casos distintos.

De hecho a veces veo lenguas totalmente ancladas al paladar inferior pero en pechos tan dúctiles, que se estiran tanto, y madres con umbral tan alto de dolor, que no causan ningún problema. Y otras veces un sólo intento de tironear del pezón en otras madres puede ocasionar una gran herida.

La buena noticia es que hay solución, para todo, siempre hay solución. La solución no es darle un biberón siempre que tu deseo sea amamantar. De ahí la importancia de consultar con un verdadero especialista enlactancia.