sábado, 28 de mayo de 2016

Entrevista Cadena Ser

El pasado miércoles 25 de mayo de 2016 me hacían una pequeña entrevista como emprendedora en Radio Aranda Cadena Ser.






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jueves, 26 de mayo de 2016

Hipogalactia

Hipogalactia quiere decir baja producción de leche. 

Hay muchísimas mujeres que dicen que no pudieron dar el pecho porque no tenían leche o porque tenían poca leche, o que se quedaron sin leche. Estas “falsas hipogalactias” son debidas a las creencias anticuadas y mitos que están aún muy arraigados en la sociedad: hacer lactancia con horarios, hacer pocas tomas, ofrecer biberones pensando que ayudan… Recuerda que la producción depende de la succión: a más succión, más leche produces para la siguiente toma. Si la succión es débil o si te saltas tomas por horarios o por distracción, el cuerpo entiende que no tiene que producir esa leche que no has dado y así para la siguiente tienes menos leche. Y se suele entrar en un círculo vicioso muy peligroso en el que ante la creencia de que no se tiene leche suficiente se ofrece un biberón, y así a la siguiente hay menos leche, y entonces…

En la mayoría de los casos lo que ocurre es sólo una percepción de que se tiene poca leche pero no es real. Lo que hay que hacer es consultar con la especialista, se interviene buscando la causa, se corrige postura, horarios o lo que sea pertinente y entonces la producción aumenta y la lactancia fluye normal.

Afortunadamente de ese círculo vicioso se puede salir, muy bien y en poco tiempo si cuentas con la ayuda e información adecuadas. Esa falsa hipogalactia es reversible, tiene solución.

Si una mujer está sana para quedarse embarazada y gestar, lo lógico es que pueda amamantar sin problemas.

Pero puede haber hipogalactias verdaderas, que según los estudios son entre un 1% y un 5% de las mujeres recién paridas.

Cuáles serían las causas reales de una insuficiente producción:
  •  por problemas posturales,
  • puede ser consecuencia como hemos dicho antes de un mal comienzo, por separación prolongada al nacer, falta de estímulo, tomas con reloj, interferencias de biberones y chupetes…
  • retención de placenta tras el parto,
  • pueden estar relacionadas directamente con algún tema hormonal como problemas de tiroides...
  • ovarios poliquísticos,
  • por problemas de succión del bebé, por causas físicas o neurológicas (anquiloglosia, Down, parálisis facial, labio leporino, prematuridad, hipotonía, hipertonía, retrognatia…)
  • las madres obesas o diabéticas pueden tener un retraso en la subida de la leche, pero aquí la hipogalactia es temporal,
  • puede ser por una cirugía previa de la mama, algún golpe u operación que haya afectado a los nervios de la zona,
  • por una hipoplasia  (ITG insuficiencia de tejido glandular)

Asistí hace tiempo una mamá que en su juventud competía en karate y había recibido muchos golpes. Consiguió lactancia exclusiva pero de un solo pecho. El otro era de apariencia normal, pero había recibido un golpe especialmente fuerte en las costillas, bajo ese pecho. Lo intentamos todo pero ese pecho no produjo apenas leche. La inervación de la mama procede de las ramas cutáneas anterior y lateral de los nervios intercostales cuarto, quinto y sexto. Se vieron afectados en el golpe alguno de esos nervios.

En todas esas causas hay solución. Las primeras mencionadas tienen una solución bien postural o/y médica. Lo que se hace en la consulta es buscar la causa de esa hipogalactia, para valorar si es real o sólo es una apreciación dela madre con fácil solución. Se corrige la causa, y se da solución. Detectando a tiempo el problema se inicia el tratamiento adecuado cuanto antes.

Las dos últimas mencionadas, sobre todo la hipoplasia, sí pueden suponer un verdadero problema. Pero abordémoslo, y a ver. Puede que se no se consiga una lactancia exclusiva, pero en ese caso siempre será mejor una lactancia mixta que sólo artificial, ¿no te parece?

El problema viene cuando se trata de una verdadera falta de producción, cuando ya se ha descartado todo, la postura es correcta, no hay problemas de succión, las tomas son realmente a demanda, se ha trabajado para aumento de producción…  y el  bebé no gana peso o pierde peso.


Aquí quiero hacer un inciso porque lo veo a diario: madres que acuden al pediatra/matrona con la sensación de poca leche y/o niños que no están cogiendo peso. El pediatra o la matrona miran y dicen que la postura está bien y que no hay nada. ¡¡Cuidado!! Hay muchos frenillos linguales, sobre todo tipos 3 y 4 que la inmensa mayoría de los pediatras no ven, no saben que existen, o no saben de su importancia para la lactancia. De verdad, si tu sensación es que algo no va bien, consulta a tu IBCLC porque a lo mejor no es nada, pero a lo peor es algo que se puede solucionar con los conocimientos adecuados. La solución no es la lactancia artificial…


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martes, 24 de mayo de 2016

Hipoplasia glandular

Hipoplasia glandular o hipoplasia mamaria

Los pechos pequeños son tan capaces como los grandes de producir leche. Ya sabes que la producción no depende del tamaño del pecho, sino no de una adecuada estimulación y correcto vaciado del pecho.

La mama está formada por tejido glandular (alveolos y conductos), tejido conectivo (ligamentos de Cooper) y tejido adiposo (intraglandular, subcutáneo y retromamario). El tamaño y forma de la mama depende de la cantidad de tejido adiposo.

Pero sí puede ocurrir que el pecho tenga poco tejido glandular, por un mal desarrollo en la etapa embrionaria o en el desarrollo puberal. Esto sí puede causar hipogalactia y darnos problemas con la lactancia.

Ojo, tener el pecho pequeño no significa que sea hipoplásico. Y se pueden tener pechos grandes pero no tener tejido glandular.

Normalmente podemos identificar pechos con poco tejido glandular cuando estos están muy separados entre sí, o cuando tienen forma tubular, o son de distinto tamaño. También suelen verse la areola y pezón como más engrosados que el resto del pecho, desproporcionadamente grandes.

Algunas pistas son cuando en el embarazo no notas que tus pechos cambien o cambian muy poco, o si cuando das a luz no notas cambios en los primeros días. Mujeres con hipoplasia dicen que notaban las tetas flojas, o fofas, que no han notado ninguna subida ni nada especial, que no han aumentado de tamaño.

Aun así en estos casos sí es posible la lactancia pero se necesitará un poco más de apoyo, y desde el principio. Hay veces que se quiere poner solución cuando ya han pasado semanas, y cuanto más tarde más difícil. Ten en cuenta que la calibración de la lactancia se produce en las primeras semanas. Cuanto antes se ponga solución, mejor, evidentemente.

Si ves que tus pechos podrían coincidir con lo descrito, sería estupendo que te pongas en contacto desde el mismo embarazo con tu IBCLC para hacer el seguimiento desde el principio.

Así cuando nazca el bebé ya estás familiarizada con la extracción y suplementación o con métodos necesarios para ayudar a un buen comienzo, como la extracción prenatal de calostro por ejemplo.

Si tienes cirugía mamaria, también es importante que consultes con la IBCLC antes de dar a luz. Algunas veces la cirugía sí puede interferir en la consecución de la lactancia. Habría que ver cómo ha sido la incisión, si se han seccionado conductos y/o nervios… Los conductos suelen recanalizarse, pero hay que saber que suele ser un proceso largo y que a veces hasta las segundas gestaciones no están recanalizados del todo. La consulta previa y seguimiento de tu IBCLC puede ser la diferencia entre conseguirlo y no conseguirlo.
Pechos asimétricos

Pecho tuberoso o tubular

Tipos de pecho

viernes, 20 de mayo de 2016

"Cuando digo que sí, pero quiero decir que no"

Las madres vienen a mi consulta con problemas en la lactancia, en sus primeros días o semanas. A veces más tarde también.

Hasta aquí, lo normal. Y lo deseable cuando hay alguna molestia o dificultad en la alimentación del bebé y en la lactancia materna. Para eso estamos los profesionales.

Pero me llama mucho la atención cuando llega alguna familia diciendo que quiere lactar a pesar de los problemas que se hayan encontrado, pero ves que hay un trasfondo detrás que te dice que no quieren…

Una vez analizada la situación, valorada la toma, sopesadas las circunstancias de la pareja/familia, realizada una buena anamnesis, como profesional se sugieren pautas a seguir para solventar o aliviar los problemas encontrados. Se sugiere a la madre las distintas posibilidades que hay para dar fin al problema.

Lo normal en este punto es que la madre elija lo que a ella le va mejor y empiece a ponerlo en práctica.

Normalmente en la consulta de seguimiento, que suele ser a los pocos días, ya vienen encantadas con todo bien encauzado. Algunas veces se necesita una tercera consulta, o incluso una cuarta o una quinta. Y siempre un seguimiento vía teléfono, Skype y WhatsApp, que hay aprovechar las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías.

Pero ¿qué ocurre esas veces que la madre dice que quiere pero no pone en práctica ninguna de las sugerencias?

¿Por qué algunas familias dicen que sí cuando quieren decir que no?

La psicología de la madre, el cómo se encuentre ella, el porqué de sus decisiones… yo no sé más allá de lo que ella me cuenta y de lo que puedo deducir. Pero yo no lo juzgo. Y sobre todo me pregunto cuál es ese extraño mecanismo que las hace desistir sin haberlo intentado siquiera.

Luego hay familias que no quieren, pero lo dicen desde el principio. O lo dicen cuando lo deciden, por ejemplo después de un comienzo complicado. Toman esa decisión. Y desde luego, se respeta. Las IBCLC no vamos detrás de nadie ni perseguimos madres. No. Pero ese no es el caso del que quiero hablar. Yo me refiero a la que dice que sí, acude a consulta, una o más veces, pero luego no pone en práctica nada de lo que le sugieres como experta y que sabes que funciona.

Por ejemplo, he tenido casos en los que ante una hipoplasia evidente y su hipogalactia consecuente era necesario el uso de galactogogos. Recetados y supervisados por un médico, como debe ser. Pero a los pocos días la madre me dice que no confía en ello y que en su lugar se ha tomado homeopatía. Y claro, me dice que no ha notado nada, ningún aumento en la producción. (Lógico, la homeopatía no funciona, no hay evidencia científica).

O en otros casos en lugar de homeopatía es fitoterapia (ojo, suelen confundirse ambas cosas), y peor aún porque en la mayoría de los casos la madre está tomando algo que no sólo no hace nada, sino que además puede ser perjudicial. (Por ejemplo, el hinojo que se usa mucho, es un producto con alto riesgo. Mira aquí.)

Para evitar gastos innecesarios a las madres, cuando hacen falta suelo ofrecer materiales en préstamo en la consulta. Para que los prueben y valoren si les va bien o no. En este mismo caso que comento, ofrezco a la madre un relactador, después de haberlo probado y después de haberme dicho que sí. Y ocurre lo mismo, al volver a consulta me dice que no lo ha usado. Ofrezco alguna otra alternativa, y ocurre lo mismo.

Presto un extractor hospitalario para ayudar a la producción, y sucede de nuevo igual, que a la vuelta de unos días me dice que no lo ha usado.

Además el bebé tiene algunos problemas que son tratables. Reitero: tratables. Pero la madre no quiere intervenir de ninguna de las maneras. Resumiendo, no lleva a la práctica ni una sola de las recomendaciones o sugerencias.

¿Qué es lo que ocurre en su interior?

¿O quizá en su exterior, en su entono? También he visto casos en que el enemigo estaba en casa: la pareja, o a veces la abuela…

Quizá la sociedad presiona tanto, que todo el mundo sabe que dar el pecho es lo lógico. Reconoce los perjuicios de dar biberones y los riesgos de las leches artificiales. Pero no se quiere lactancia. Entonces, se paga la consulta de un profesional, o varias consultas, o a varios profesionales…  y así tengo la excusa: “lo he intentado porque he ido a la profesional y como no puedo, lo dejo”. Así la madre no se siente tan culpable. ¿Es eso quizá lo que ocurre?

Lo he intentado, así que ya no me siento culpable”. Pero, ¿de verdad lo has intentado? ¿Has tenido el apoyo y la información adecuados?  

Sabemos que la maternidad es dura, y la lactancia, cuando es así de dificultosa a los inicios, más aún… ¿Qué ocurre en el fuero interno de esa madre para preferir no intentarlo pero sin reconocerlo? Y sin embargo hay otros casos muy difíciles en los que la madre lo intenta y lo intenta y lo intenta a pesar de los pesares, y al fin lo consigue. ¿Qué hay distinto entre esas dos madres? ¿Y en aquellas que lo tienen todo a su favor, sin problemas, con buena producción, con un bebé que coge peso bien, sin dolores… pero que no quieren amamantar?

Creo que ahí hay un campo abierto para la investigación…


Yo aquí sigo, haciéndome preguntas. 
Y ayudando a quien lo pide, haciendo todo lo posible, incluso en casos así de “raros”.